lunes, 19 de julio de 2010

Más arrozales en Bontoc

Eran poco más de las 9 cuando pasó el jeepney hacia Bontoc, iba bastante lleno pero nos hicimos hueco. Entablamos conversación con un guía filipino que nos puso al día de la historia del país y nos contó anecdotas curiosas como la de Eduardo Masferre, hijo de un militar español y una filipina que vivió en Sagada y tomó fotografías en los años 30 consciente de que la vida en esos tranquilos pueblos iba a cambiar rápidamente. Ahora, en el 2010, este señor acababa de acompañar a unos antropólogos alemanes que iban a pasar una temporada por la zona recopilando información sobre las costumbres, tradiciones, creencias y manera de vivir de las tribus del norte de Filipinas, antes de que fallezcan los últimos ancianos y con ellos se pierda esta cultura.

Nuestras pretensiones eran mucho más humildes, tan sólo conocer más a fondo esta zona del país.
Después de dos horas y pico, la mayoría de los turistas enlazaron con otro jeepney a Sagada. Preferimos darle una oportunidad a Bontoc y nos acercamos a turismo que se acababa de mudar a una oficina próxima al museo. Nos sugirieron visitar dicho museo, acercarnos a Maligcong para ver más arrozales o a Mainit dónde hay que pasar una noche para ver unos hotsprings. Nos quedamos con las dos primeras sugerencias, asi que buscamos hotel (Churya´a Hotel – 400 PHP), dejamos las mochilas y descansamos un poco.

Comimos antes de hacer una rápida incursión en el mercado y coger otro jeepney a las 14:30 h hasta Maligcong (20 PHP por trayecto, 40 min.). Teníamos el tiempo justo para dar un pequeño paseo entre los arrozales antes de coger la camioneta de vuelta a las 16:00 h. El conductor llevaba una especie de "tanga" tradicional que recuerda a lo que llevan los luchadores de sumo, pero con "minifalda" en la parte delantera. Eso sí, debía ir muy fresquito enseñando las nalgas.


Las terrazas de arroz de Maligcong están al lado de la parada del jeepney, así que si uno no quiere andar las ve sin ningún esfuerzo. Nos sorprende que no vengan más turistas para evitar la paliza de escaleras que supone la excursión a Batad, además de que el transporte es considerablemente más barato, cuando las vistas son comparables. De todas formas merece la pena adentrarse un poco en los arrozales para poder contemplarlos desde distintos ángulos de vista. La improvisada excursion fue todo un acierto.



A la vuelta, visitamos el interesante museo de Bontoc (50 PHP) que contiene exposiciones de diferentes tribus de la zona, entre ellas, los cazadores de cabezas. Además hay reproducciones de los distintos tipos de vivienda en una zona exterior. Lástima que lo tuviéramos que ver demasiado deprisa porque cerraba a las cinco y estaba a punto de caer el chaparrón de la tarde.


Cuando amainó un poco, dimos una pequeña vuelta por el pueblo y cenamos en el restaurante del hotel, donde se improvisó la sesión de video-karaoke. Intentaron tentarnos ofreciéndonos canciones en español pero fuimos fuertes y no les hicimos sufrir.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por no poner fotos del conductor en tanga. A estas horas de la mañana no lo habria soportado.
Mucho karaoke veo por ahi... sabeis q al final sucumbireis y deleitareis a esa gente con vuestra voz dulce y aterciopelada (sobretodo la de Makos, jaja).
Un abrazo!!
Chiri

Bea dijo...

Video del karaoke agarrados al del tanga ya¡¡¡ que tal van estas tripas??
Besicos

ml dijo...

Bueno, no se si al final cantaremos pero de momento en Filipinas hemos conseguido resistirnos.

Las tripas ya bien, gracias. Ahora casi nos hemos pasado al otro extremo y ahi andamos cuidando mas la dieta, sin arroz y con mas frutas y verduras. Por cierto, nos ha costado mucho no comprar unas cortezas de cerdo que tenian una pinta barbara! Si fuesemos a volver pronto te hubieramos comprado un par de bolsas, Lalo.

Besicos, para todos

fan dijo...

Filipinas es sin duda un paraiso como Tailandia pero con menos turistas . Menudos arrozales ! me han entrado ganas de cocinarme una paella !! jeje