lunes, 18 de julio de 2011

Mala racha

Después de un largo trayecto en autobús a través del desierto del norte de Chile, llegamos a Calama sobre las 11 de la mañana. En la estación nos dicen que el primer bus a San Pedro de Atacama es a las 15 horas, así que dejamos las mochilas en consigna (1300 CLP) y vamos al centro de la ciudad.


Intentamos ver la mina de cobre de Chuquicamata, una de las más grandes del mundo a cielo abierto. Para ello nos acercamos a la oficina de turismo que está cerca de la plaza de armas. El tour sale al mediodía pero hoy lo han cancelado por viento.

No podíamos imaginar que la racha de mala suerte con las excursiones iba a continuar.

sábado, 16 de julio de 2011

Plan B: Coquimbo

Nuestra primera opción era visitar la Reserva Nacional de Humboldt y por eso habíamos reservado un tour en La Serena el día anterior. En temporada alta se puede intentar yendo hasta punta Choros en un autobús desde la ciudad y allí compartir una lancha con más turistas, pero ahora es más complicado coincidir con gente. Tanto, que después de habernos levantado para estar preparadas a las ocho de la mañana, nos dijeron que habían llamado por teléfono para anular la excursión. Eran necesarias 6 personas y en el último momento se había dado de baja una familia.

Nos quedamos planchadas. Ya casi habíamos visualizado los pingüinos y los lobos marinos... Además, ya habíamos comprado el billete para Calama (a San Pedro de Atacama ya no había) para las 19:30, así que teníamos que quedarnos todo el día sin ningún plan alternativo. Desde Casa María, muy majos, nos convencieron para acercarnos a Coquimbo y así lo hicimos.


Estuvo muy bien y probablemente tardaré mucho en olvidar cierto momento de la excursión.

jueves, 14 de julio de 2011

Valle de Elqui

Llegamos a La Serena prontito por la mañana y al salir de la estación de autobuses nos costó un poco más de la cuenta orientarnos. Resultado: vimos amanecer perdidas entre naves industriales. Eso sí, una vez que descubrimos que habíamos ido justo al revés, todo fue mucho más sencillo. Nos quedamos en el primer alojamiento que preguntamos, Casa María (6.500 por persona), probablemente el lugar más hospitalario donde he dormido nunca. Aunque sencillo, nos hicieron sentir como en casa desde que entramos y se esforzaron por darnos toda la información sobre qué hacer en la zona.

Aunque nuestra primera opción era visitar la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, eran casi las ocho de la mañana y no teníamos tiempo de negociar un buen precio para el tour. Así que decidimos visitar el Valle de Elqui en transporte público.

lunes, 11 de julio de 2011

En Valparaíso

En su oda a esta ciudad, Pablo Neruda la describió así: "Valparaíso, qué disparate eres, qué loco, puerto loco, qué cabeza con cerros, desgreñada, no acabas de peinarte, nunca tuviste tiempo de vestirte, siempre te soprendió la vida, te despertó la muerte en camisa."

Este lugar sería nuestra primera parada antes de partir hacia el norte de Chile. Deshicimos el camino del día anterior, cogiendo el metro de nuevo hasta Pajaritos para evitar el tráfico del centro. Allí cogimos nuestro primer autobús chileno, muy confortable por cierto y con una pantalla de información para los pasajeros en la que indica, además del santoral del día, el nombre del conductor (para controlar que no sobrepasa las 5 horas de conducción que marca la legislación) y la velocidad a la que se circula, emitiendo un pitido cuando si se sobrepasa el límite.

Compramos billetes en el primero que sale (Pullman, 3400 CLP, a las 9:50). En poco menos de hora y media estamos en la estación de autobús de Valparaíso. Preguntamos por el autobús nocturno a La  Serena. En varias compañías no quedan asientos pero conseguimos dos con Romaní, a las 22:40 (8000 CLP). Amablemente nos guardaron las mochilas en su oficina.


Teníamos toda la jornada por delante, subiendo y bajando,  para descubrir la ciudad, que nos depararía sorpresas inesperadas.

sábado, 9 de julio de 2011

Un día en Santiago de Chile

Después del superabrazo del reencuentro, cogimos el autobús desde el aeropuerto a la estación Pajaritos (1700 CLP), donde enlazamos con el metro hasta la Universidad de Chile (560 CLP). Hace frío, mucho frío. Sabíamos que era invierno pero pensábamos en unas temperatura más suaves.


Antes de salir de España, habíamos tenido el tiempo justo de mirar por internet un hostel barato y céntrico donde quedar en la capital: Che Lagarto Suites Hostel (habitación múltiple, con desayuno,9 USD). Menos mal que no habíamos reservado porque con todo el lío de las cenizas llegamos un día más tarde. Al llegar comprobamos que los precios en recepción eran considerablemente superiores (15 USD), así que les comentamos la oferta de internet. Estas cosas que no acabo de entender: no nos podían mejorar el precio pero nos dejaron utilizar la conexión wifi para reservar a través de su página web al precio original de 9 USD.

Son casi las dos de la tarde. Aunque necesito una ducha, preferimos aprovechar las horas de luz para ver un poco la ciudad tranquilamente, sin estres, sabiendo que dentro de unas semanas volveremos.

jueves, 7 de julio de 2011

El reencuentro

Llegando a Santiago de Chile, mientras sobrevolamos los Andes nevados, le pregunto a un azafato sobre el aeropuerto de Buenos Aires. En unos minutos me confirma que está abierto y operando con normalidad, así que Alicia podrá volar hasta Santiago. Aterrizamos sobre las 8:15 a.m. y decido darle una sorpresa y esperarla, qué menos.


Además de comprar el vuelo a Isla de Pascua, cambio algo de dinero (a 653, con 1´5 USD de comisión), lo justo para poder llegar a Santiago con tranquilidad y me informo de cómo llegar al hostel en transporte público: Turbus o Centropuerto nos dejan en la estación de metro pajaritos (1700), evitando el tráfico del centro.

Tengo que esperar casi cuatro horas pero merece la pena por ver la cara de Alicia al ver su cartel de recogida.

martes, 5 de julio de 2011

¿Isla de Pascua?

Interrogante que nos planteamos muchos de los viajeros que nos acercamos a Chile. Este destino mítico monopoliza muchas de las portadas de las guías del país. No necesita presentación pero el precio del vuelo puede ser decisivo. En la charla de Labastida surgió la queja de que volando solo Lanchile era difícil que los precios bajaran alguna vez.

Disponiendo de dos meses para este viaje, el problema de tener tiempo para la escapada a esta isla no existía así que ya había estado mirando precios por internet. Gracias al foro de Losviajeros descubrí que comprándolo en Chile salía algo más barato (o intentándolo a través de la web). Decidí que al llegar al país consultaría los precios y si no eran muy descabellados compraría los billetes para mediados de agosto.

Y aquí, en el aeropuerto de Santiago, mientras espero a Alicia que llega en unas pocas horas, lo he comprado. Así que si todo va bien, visitaré este impresionante lugar dentro de unas pocas semanas.

domingo, 3 de julio de 2011

Las cenizas

Con el lío de la compra de los vuelos, Alicia saldría rumbo a Chile unas cuantas horas antes que yo. Por lo menos, después de nuestra última mañana de trabajo, fuimos juntas en el autobús hasta Madrid. Fue un viaje muy ameno, recordando anécdotas pasadas e imaginando cómo podrían ser las futuras. Ella me dijo adiós en el aeropuerto y yo pude despedirme de Marcos.


Las dos volábamos con Iberia haciendo una corta escala en Buenos Aires. Bromeábamos sobre la posibilidad de que el volcán volviera a hacer de las suyas y nos dejaran en un sitio a cada una. Sería una nueva modalidad de viaje: Jugando al escondite en Sudamérica.

Realmente, saliendo con tan sólo 10 horas de diferencia era muy poco probable que se viera afectado tan sólo uno de los vuelos. Me mandó un sms para confimarme que ella salía sin problemas pero cuando fui a facturar a la mañana siguiente me dijeron que mi vuelo, previsto para las 12:25, estaba retrasado cuatro horas. Empezábamos mal.