lunes, 16 de marzo de 2009

Glaciares de la costa oeste

Cuando ya pensábamos que íbamos a tener que volver a Bangkok para que AirAsia nos devolviera el dinero de nuestros vuelos cancelados el pasado verano, el otro día, al recibir el extracto de la visa comprobé con sorpresa que nos habían hecho el reembolso del último vuelo que quedaba pendiente. Tarde, muy tarde, después de varias reclamaciones, pero por fin, nos lo han ingresado todo. Lástima que nos tendremos que buscar otra excusa para volver al sudeste asiático. Eso sí, este finde nos hemos ido a San Sebastián para devolverle a Lolita su parte.

Este mes de febrero ha sido duro, ya envueltos en la rutina, viendo complicado repetir la experiencia del año pasado... Pero me consuela tener una escapadita en Semana Santa a un destino pendiente desde hace tiempo: Irlanda.

Todavía quedan muchas cosillas por contar de Nueva Zelanda, así que no me despisto más.

11 de diciembre: camino del Glaciar Fox

Día de coche con múltiples paradas en el camino entre Wanaka y el Glaciar Fox. Nos detuvimos en varios miradores del Lago Hawea, en Makarora y en dos cascadas a escasos minutos de la carretera (Fantail y Thunder Creek). Una vez más el tiempo no nos acompaña, empieza a llover y no podemos disfrutar plenamente del resto del camino: Ship Creek, Knights Point y lago Moeraki. No vemos focas, ohhh!

Cascada, de camino al Glaciar Fox

Llegamos a un camping en Fox y aprovechamos para hacer la colada. Como ya viene siendo tradición la liamos con las monedas y no tenemos cambios para poner algo más de tiempo la secadora, así que mañana tenemos tarea.

12 de diciembre: Glaciares Fox y Franz Josef

Después de estar toda la noche lloviendo, comenzamos el día con un cielo parcialmente azul, bien! Nos acercamos con el coche por la Glacier Road hasta un mirador: Fox Glacier Lookout. Hay que saltar alguna valla que avisa del peligro y cruzar algún río para acercarnos algo más a la morrena terminal, pero es seguro llegar bastante cerca. Después deshacemos el camino y cogemos la Glacier View Road y tras una breve caminata llegamos a otro mirador: Chalet Lookout.

Glaciar Fox desde el Chalet lookout

Comemos al solecito y después de quitarnos un poco el mono de internet en el pueblo, nos acercamos al Lago Matheson. Hay un camino corto de una hora alrededor de este lago en cuyas aguas se reflejan el Monte Cook y el Monte Tasman. Ni siquiera vemos estas montañas así que de su reflejo ni hablamos, pero es un paseo muy agradable y aprovechamos para enredar con la cámara de fotos.

Reflejo en el Lago Matheson

Ya tarde, nos vamos hacia el glaciar Franz Josef, donde dormiremos para verlo en todo su esplendor al día siguiente. No nos podemos resistir y nos acercamos por la pista para echarle un vistazo rápido. Incluso hacemos una corta caminata hasta el mirador Sentinel.

Después de encontrar un parking donde hacer noche, tenemos una experiencia inolvidable en un baño futurista. A lo largo de este y otros viajes hemos visto aseos muy raros pero los de este pueblo se llevan el primer premio. Nada más entrar te habla un voz avisándote que tienes 10 minutos, después se abrirán las puertas, qué presión! Música de ascensor a tope, nos vamos a quedar sordos. Lavabo tres en 1: jabón, agua y secadora, todo automático. Dispensador de papel automático (y rácano). Eso sí, tiene un fallo: sólo tira de la cadena cuando te lavas las manos así que si lo haces al principio, luego no hay manera de volver a usar la cisterna.




También es gracioso que en el supermercado hablen español, un cajero es chileno y la otra chica de Barcelona. Además en el restaurante de al lado hay varios argentinos, qué gusto escuchar nuestra lengua. No sabemos muy bien por qué pero nos hace pensar un poco en el ambiente que vivimos en Benasque, qué recuerdos!

13 de diciembre: Sobrevolando glaciares

Glaciar Franz Josef

Varios viajeros nos habían recomendado que hiciéramos un vuelo sobre un glaciar. Algo caro, como todas las actividades en este país, pero como llevamos bastante bien el presupuesto pensamos que puede merecer la pena la "inversión". Pero el día está algo nublado así que no sabemos si seguir adelante con el plan...

Empezamos acercándonos de nuevo por tierra, para ver si mejora el tiempo. Aunque según el DOC es muy peligroso acercarse sin guía, vemos bastante claro que no es para tanto. Después de saltar varias vallas, como tantos otros turistas, nos aproximamos bastante pero Marcos sigue buscando por donde continuar. Está bastante escondido, pero el camino sigue. Es por donde van los excursionistas guiados así que están muy bien acondicionado, con cuerdas en los tramos un poco resbaladizos. Llegamos hasta la morrena terminal y nos quedamos a unos pocos metros por seguridad. A lo lejos vemos como van ascendiendo los grupos que hacen el trekking por el hielo.

Morrena del Glaciar Franz Josef

Volvemos al parking y aún nos acercamos por otro sendero hasta la Peter´s Pool donde se ver el glaciar reflejado, aunque no demasiado bien. Comemos un bocata mirando al cielo, sin tener claro si volar o no. En el pueblo preguntamos en varias agencias sobre los vuelos en helicóptero, recorridos y precios. Tenemos también en cuenta los cupones de descuento que vienen en algunos folletos turísticos. Al final, nos decidimos por Fox and Franz Josef Heliservices porque tienen un vuelo de 40 minutos por los dos glaciares y viendo el monte Cook (sólo por un lado), por 290 NZD por cabeza (unos 120 euros). Volaremos a las 4:30.

Hacemos tiempo visitando un rocódromo de hielo pero tan solo miramos. (Respuesta 2: Mentira)

Ya estamos listos para nuestro primer viaje en helicóptero. Qué nervios, esto de que en el cine siempre acaben cayéndose no ayuda demasiado. En la breve charla sobre seguridad conocemos a nuestros compañeros de aventura, una familia australiana de 4 miembros. Nos viene bien porque así ellos se sientan atrás y nosotros tenemos asientos de primera fila, al lado del piloto. Estamos listos.

Impresionante.

El glaciar Franz Josef desde el aire

Menos mal que al final lo hemos hecho. (Respuesta 5: Verdad). Nos pasamos los primeros 20 minutos con la boca abierta.




Da un poco de vértigo que vaya tan pegado a las montañas y alguna que otra bajada pero el aterrizaje y despegue, sin problemas. Además la familia ha debido de elegir el vuelo que da la vuelta al Mt Cook porque hacemos ese recorrido que costaba 340 NZD. Admiramos su cima desde muy muy cerca. (Respuesta 12: Verdad). Vemos el glaciar Tasman y el lago de icebergs al que fuimos caminando. Qué chulo!

Vista aérea del Glaciar Tasman

El aterrizaje en medio del glaciar casi es lo de menos y eso que pensábamos que sería lo mejor. Volar a ras de la lengua de hielo viendo sus inmensas grietas... sin palabras! Un must do como les gusta decir a los neozelandeses.

Autofoto sobre el glaciar

miércoles, 4 de marzo de 2009

Routeburn Track y más caminatas

Llegamos a Queenstown y fuimos directamente al supermercado a hacer la compra antes de dar una vuelta por esta ciudad de Nueva Zelanda, famosa por la gran oferta de todo tipo de deportes de aventura. No nos acercamos a ella con ánimo de gastar nuestro presupuesto en ninguna de estas actividades, pero sí con ganas de seguir disfrutando de las caminatas que se pueden hacer en esta zona de la Isla Sur, donde se rodaron muchas escenas de la trilogía de "El señor de los anillos".

8 de diciembre: lloviendo en la tierra media

La noche anterior dormimos en otro camping del DOC (12 mile creek) camino de Glenorchy, la tierra media. Habíamos leído la previsión metereológica y ya sabíamos que iba a llover pero todo el día fué demasiado. Nos tendremos que acostumbrar a esta climatología que nos da una de cal y otra de arena.

Nos acercamos a Glenorchy y después de desayunar en un bar seguí durmiendo media mañana mientras Marcos navegaba un rato. Se suponía que iba a dejar de llover, bueno más bien de diluviar, después de las 12 así que seguimos por una carretera de grava hacia el Paradise. Comimos en el Diamond Lake y Marcos se echó la siesta mientras yo veía cómo no paraba de llover. Intentamos continuar por la pista pero llegamos al cruce con un río y cómo no lo teníamos nada claro nos dimos la vuelta.

Por las inmediaciones de Glenorchy

Cambio de planes. No sabemos si tirar definitivamente la toalla dejando las caminatas para otra zona o esperar a mañana. Decidimos jugárnosla e intentar hacer al día siguiente un tramo del Routeburn Track. Paramos en un camping del DOC que está de camino, en el lago Silvan, pero cómo avisan que puede ser peligroso si hay crecidas del río, continuamos hasta el final de la carretera donde empieza el camino. Para mañana hay buenas previsiones, a ver si aciertan.

9 de diciembre: Routeburn Track

Este trekking es considerado como uno de los más bonitos de Nueva Zelanda, injustamente ensombrecido por el Milford Track. También tiene un sistema de reserva parecido y calculan tres o cuatro días para recorrer sus 32 kilómetros. Ya habíamos hecho un trocito desde la Milford Road, entre The Divide y el Key Summit, y ahora queríamos recorrer otro tramo comenzando desde el Routeburn Shelter. No teníamos muy claro hasta donde íbamos a caminar, pero queríamos llegar lo más lejos posible en una única jornada.

Remontando el valle a través del bosque (Routeburn Track)

Madrugamos y comprobamos que no llueve, bien! Comenzamos a pasear por un bosque muy bonito. Remontamos el curso del río hasta una llanura espectacular dónde se ven sus sinuosos meandros, también nos gusta.

Vistas del valle, cerca ya del Falls Hut

Llegamos al Falls Hut dónde se hace la primera o última noche del trekking pero como cada vez hace mejor día, decidimos continuar después de disfrutar de las cascadas. Siempre ascendiendo vamos alucinando con las vistas, cada vez mejores. Comemos en el refugio Harris Saddle (1227 m) y todavía nos quedan fuerzas para subir la Conical Hill (1527 m). Bueno, he de confesar que Marcos decide reservarse para la vuelta y me espera pacientemente a mitad de camino. Vaya vistas! Y cada vez más cielo azul! A la vuelta podemos disfrutar todavía más de la caminata con un cielo completamente despejado. Ha merecido la pena esperar un día para poder hacerlo. Además nos hemos quitado la espinita del Mackinnon Pass. Hemos hecho en un sólo día lo que calculan para día y medio de trekking y lo hemos desandado, todo durante 10 horitas de nada, eso sí, estamos agotados. (RESPUESTA 20: Verdadero).

Excelentes vistas durante el camino y en la cima

Volvemos conduciendo a Queenstown y cenamos una superhamburguesa en el Ferg Burger que tienen el menú traducido al español, con filetes "apanados". Después de una copiosa cena continuamos hasta el pueblo minero de Arrowtown, donde nos quedamos a dormir.

10 de diciembre, Wanaka y Parque Nacional Mount Aspiring

Paseamos por el pueblo después de deseperarnos un poco con el detector de gas de la furgoneta. Ha empezado a pitar y no hay manera de que pare. Algo asustados hemos abierto todas las puertas pero nada, sigue pitando. Al final hemos llamado a la oficina de la Space pero con nuestro nivel de inglés no nos hemos entendido demasiado. Menos mal que hemos caído en la cuenta de que a lo mejor se ha mojado y por eso no funciona bien. Intentando que no nos estropee el día aparcamos al sol a ver si se seca y damos una vuelta por Arrowtown. Parece un escenario de película del oeste, aunque con los coches aparcados no es demasiado fotografiable. Visitamos la galería de Craig Potton, un famoso fotográfo de paisajes de Nueva Zelanda. Si vende las fotos al precio que marca, debe ser un buen trabajo!

Seguimos hacia el puente sobre el río Kawarau, dónde comenzó la locura del puenting. Nos acercamos para ver cómo saltan, con chapuzón incluido. Tan sólo de verlos ya nos ponemos nerviosos. Algunos se tiran sin titubear, pero a otros acaban casi empujándolos. Desde luego, nosotros no lo haríamos aunque nos pagaran. (RESPUESTA 1: Falso)

Como era de esperar, NO hicimos puenting

Continuamos hacia Wanaka y hacemos una rápida visita al DOC para informarnos sobre las caminatas que hay en el Parque Nacional del Monte Aspiring. Hay varias donde elegir y optamos por la del Glaciar Rob Roy que tiene una duración aproximada de unas 4 horas. Primero debemos recorrer la larga pista que nos separa del inicio del Parque Nacional y cruzar numerosos arroyos con el coche. Comenzamos la caminata pasadas las cuatro de la tarde así que no deberíamos entretenernos demasiado. Realmente es una excursión muy recomendable que acaba a los pies del glaciar, donde podemos disfrutar casi en solitario de un silencio tan sólo roto por el sonido de pequeños desprendimientos. Cumpliendo el horario llegamos al coche pasadas las ocho y volvemos hacia Wanaka, donde dormiremos, disfrutando de las vistas de más glaciares y el monte Aspiring. Ha sido un gran día.

El Glaciar Rob Roy