domingo, 19 de abril de 2009

Ultimas aventuras en la isla sur

Recién venida de una breve escapadita por Irlanda, muy bien acompañada, retomo con algo de pereza nuestros periplos por Nueva Zelanda durante el pasado diciembre.


13 de diciembre


Tras nuestra aventura en helicóptero en Franz Josef, cogimos la furgoneta ascendiendo por la carretera de la costa oeste. El tramo entre Greymouth y Westport está considerado como uno de los 10 mejores recorridos por carretera según la Blue List de Lonely Planet, debido a sus vistas del mar de Tasmania.


Paramos en Hokitika a echar gasolina y comprar algo de comida y aún tuvimos tiempo de acercarnos a un mirador callejeando por sus tranquilas calles. Seguimos hacia Greymouth donde cenamos un pollo asado y, buscando un sitio más tranquilo para pasar la noche, fuimos hasta el siguiente pueblo, Runanga.


14 de diciembre


Al salir del coche recién levantados, una amable señora, sorprendida de que hubiéramos dormido delante de su casa, nos invitó a tomar un té. Preferíamos una ducha, así que rechazamos amablemente su propuesta y continuamos rumbo a Punakaiki.


Esta población es famosa por los Pancake Rocks, formaciones calizas con forma curiosa en las que, cuando la marea es alta, las olas se meten por sus cavernas y salen de forma impetuosa por sus blowholes. Esperamos tomando un café a que fuera el mejor momento, pero como el día estaba bastante tranquilo el oleaje no fue el suficiente como para poder ver este espectáculo en todo su esplendor. Aprovechamos para hacer el Truman Track, un breve sendero de media hora hasta una agradable playa.



Pancake Rocks, en la costa oeste de Nueva Zelanda

Por la carretera disfrutamos de las buenas vistas de la costa oeste y aunque avisaban de que podía haber pingüinos cruzando la carretera, no vimos ninguno. En Westport nos acercamos hasta el cabo Foulwind donde pudimos ver una colonia de focas con sus babys recién nacidos, qué majicos! Buscamos pingüinos, pero como son más tímidos no lo conseguimos.



Era época de cría, y las rocas estaban llenas de focas recién nacidas

Nos metimos hacia el interior pasando por Reefton y el Lewis Pass hasta Hanmer Springs donde dormimos.


15 de diciembre



Hanmer Springs es el principal centro termal de la Isla Sur. Por tan sólo 14 NZD pudimos disfrutar de sus instalaciones e incluso nos permitimos el capricho de una private pool por 10 NZD más por persona. Pasamos toda la mañana relajados en sus aguas aunque algunas estaban demasiado calientes para mi gusto. Después, duchita y comida al aire libre en uno de los parques del pueblo.


Continuamos hacia Kaikoura, península de la costa este famosa por su fauna: avistamientos de ballenas, colonias de focas... Hay un caminillo, Kaikoura Peninsula Walkway, muy recomendable de unas dos horas de duración pero hacía muchísimo aire y no apetecía demasiado, así que sólo andamos un poco.


Con este tiempo las focas estaban muy lejos y apenas se veían. Decidimos darnos un capricho y nos compramos media langosta para picotear en un takeaway cerca de la playa Jimmy Armer (langosta si, pero pingüino no: respuesta 17, mentira). Dormimos en el pueblo, esperando que al día siguiente tuviéramos más suerte con los bichos.


16 de diciembre


Después de navegar un poco en internet y hacer una visita rápida a la colonia de focas, continuamos hacia el norte para visitar la región vinícola de Marlborough. Visitamos una bodega y catamos distintos vinos antes de comprar una botella para nochevieja. (Respuesta 18: Verdad)



Viñedos de Blenheim, junto a la bodega que visitamos

Le di el relevo a Marcos en la conducción y seguimos hasta Nelson. Vimos su catedral en lo alto de Trafalgar Street y paseamos por una zona de antiguas casas de trabajadores de finales del siglo XIX.



Nos dió tiempo a llegar hasta la zona del Parque Nacional Abel Tasman y como estaba prohibido aparcar en toda la zona, pasamos la noche en un camping de Marahau.


17 de diciembre


El Parque Abel Tasman es uno de los más visitados en Nueva Zelanda. Hay un trekking de 51 km, de 3 a 5 días, que recorre su costa entre playas de agua azul celeste y colinas con vegetación autóctona. Sólo disponíamos de un día para su visita así que decidimos utilizar un water-taxi para que nos llevara hasta Bark Bay, de esta manera caminaríamos unos 20 km de vuelta hasta Marahau.



Mapa del Parque Nacional Abel Tasman

Esta vez el tiempo nos acompañó durante toda la jornada e incluso pasamos bastante calor. Dependiendo de las mareas el camino se bifurcaba y había que dar un poco más de vuelta pero todo estaba bien explicado en los folletos que nos habían facilitado. No nos llegamos a bañar a pesar de que había numerosas playas que nos tentaban continuamente. Aunque acabamos agotados fue una buena excursion, sin duda.


Una de las numerosas calas del Abel Tasman

Era tarde pero intentamos llegar hasta la Takaka Hill para ver toda la zona del parque nacional desde esta colina. No encontramos el mirador así que nos tuvimos que volver y llegamos a Nelson casi de noche.


18 de diciembre


Por la mañana aprovechamos para comprarme unas botas de montaña ya que mis zapatillas de deporte estaban muy viejecitas después de tanto tute. Fuimos a Havelock donde pudimos reservar el ferry en el que cruzariamos a la isla norte esa misma tarde (240 NZD, 2 personas + 1 coche).


Desde allí, recorrimos la zona de Marlborough Sounds, una zona de pequeños fiordos. No me sentaron demasiado bien las numerosas curvas de la carretera y las vistas no estaban a la altura de la zona de Fiorland, qué malo es comparar... Eso sí, disfrutamos de una agradable comida al aire libre en una de sus playas antes de ir a Picton para coger el ferry.



Malborough Sounds

Tuvimos tiempo de pasear por el pequeño pueblo y de comprobar que también allí había baños futuristas. Salimos a las 7 de la tarde con Bluebridge Ferries y aprovechamos el trayecto de casi cuatro horas para "estudiar" la isla norte en la que pasaríamos los próximos 13 días. También tuvimos tiempo para disfrutar de las vistas de los sounds al atardecer y para conocer a los primeros maoríes. Hasta ahora no habíamos visto a nadie de esta etnia polinesia autóctona de Nueva Zelanda.


Abandonando la Isla Sur en ferry, rumbo a Wellington