3 dias en minivan

Empezamos temprano la ruta que nos tenia que llevar hasta Mandalay. En una minivan un poco anticuada, pero con un conductor majete, hicimos los primeros kilometros mirando por la ventanilla: mucha gente en bicicleta protegiendose del sol con paraguas o gorros, camiones con gigantescos troncos de teca, campesinos trabajando en los arrozales, escolares camino del cole con su uniforme verde y blanco, pueblos con influencia india, gente que transporta cosas en la cabeza,... y mil peajes que nos hacen parar cada dos por tres. Quizas podriamos haber prescindido del viaje por carretera, pero nos sirvio de primer contacto con el resto de Myanmar.

La primera parada, Bago (bonito nombre!). Lo mas interesante, el monasterio en el que aparecimos casi por casualidad a la unica hora en la que comen los monjes. El comedor estaba repleto, con cerca de 1000 pongyis con sus tunicas granates. Despues continuamos el camino hasta Taungoo, donde pasamos la noche.

El segundo dia cambio un poco el paisaje, menos verde que el anterior. Pasamos cerca de la nueva capital que se "invento" el Gobierno hace poco, a la que no pueden ir los turistas... y en la que no esta permitido hacer fotos! Los chalets de las afueras, la autopista de 4 carriles y una enorme estacion de autobuses hacen pensar que estan construyendo una burbuja para los privilegiados.

Antes de pasar por el hotel fuimos a visitar Amarapura, famosa por tener el puente de teca mas largo del mundo (U-bein). Tanto a la ida, andando, como a la vuelta en barco seguimos sorprendiendonos de que apenas hubiera turistas. Eso si, hicimos suficientes fotos del puente y sus monjes, con el atardecer de fondo, como si hubiera habido un autobus entero. Segun palabras de ML, "un dificil examen de fotografia". Y es que siempre anda quejandose de la luz, de que la gente no se queda quieta para sus fotos, que si el barco se mueve mucho,... jejeje.

En nuestro tercer y ultimo dia con coche intentamos aprovechar para ver los alrededores de Mandalay. Por el camino nos acordamos de Lolita al ver un elefante en medio de la carretera. Paramos para observarlo con calma, pero no le debio de gustar que le tocara la pierna porque me pego un coletazo en la cara. Era un poco exigente, ya que no quiso coger el billete de 500 kyats que le dio nuestro conductor y espero hasta que pusimos 1000 para aceptar el dinero con la trompa.

Ya en Sagain disfrutamos de las vistas que ofrece esta colina llena de estupas (doradas, por supuesto). Despues de ver un mercado divertido y una pagoda donde vendian tanaka (una especie de crema amarilla que se ponen en la cara mujeres y niños para protegerse del sol), nos dirigimos a Inwa. Cruzamos en barca a esta isla, que en su dia fue capital del reino, y paseamos por sus monumentos en un carromato.

De vuelta en Mandalay, nuestro querido chofer conocia un restaurante donde comer algo que no fuera arroz y noodles, asi que aprovechamos para meternos un buen plato de pasta y un filete. Terminamos el dia en Mandalay Hill, al norte de la ciudad, desde cuya cima pudimos contemplar las vistas y un bonito atardecer.

Nota: las fotos para otro dia (o desde otro pais).