Nos tomamos un día de relax antes de pasar nuestra última jornada en Angkor, aprovechando desde las ocho de la mañana hasta el atardecer. Después de desayunar cogimos las bicicletas y fuimos directamente hacia Ta Prohm intentando poder visitar de nuevo este magnífico lugar con menos afluencia de turistas.
El tercer itinerario lo definimos también sobre la marcha, completando el recorrido con los templos que nos faltaban dentro de Angkor Thom, con las Terrazas de los elefantes y del Rey Leproso, Phimeanakas y el Palacio Real, Baphuon y pequeños templos menores. Continuamos descubriendo más secretos del increíble Bayon, acabando tal y como empezamos el primer día, paseando tranquilamente por Angkor Wat.
Angkor Thom
No se trata de un templo cualquiera, es toda una ciudad de 3 km cuadrados, de hecho fue la última capital del imperio de Angkor. Esta gran ciudad real se construyó alrededor de otros edificios más antiguos, Baphuon y Pimeaneakas, y en su centro está Bayon. Amurallada, hay cinco puertas de entrada a la ciudad, cada una de ellas con cuatro caras gigantes.
Terraza de los Elefantes
Terraza construida a finales del siglo XII, situada delante del Baphuon, Phimeneanakas y del área del Palacio Real. Con dos metros y medio de altura y unos 300 de longitud, destacan sus relieves de garudas y elefantes que le dan nombre.
Terraza del Rey Leproso
Se trata de una doble terraza situada al norte de la Terraza de los Elefantes. La estatua del Rey Leproso que está situada en lo alto, le da nombre. Merece la pena meterse entre sus dos paredes para apreciar los increíbles relieves que hay en el estrecho pasillo.
Phimeanakas
El interés de la visita a esta pirámide que servía como el templo del rey, reside en ser el edificio escalable más alto del recinto de Angkor Thom, proporcionando vistas desde su cima.
El interés de la visita a esta pirámide que servía como el templo del rey, reside en ser el edificio escalable más alto del recinto de Angkor Thom, proporcionando vistas desde su cima.
Baphuon
Enorme templo montaña en mitad de la ciudad, en proceso de rehabilitación. Tan sólo lo pudimos contemplar por fuera, rodeándolo y apreciando su calzada elevada sobre pilares.
Enorme templo montaña en mitad de la ciudad, en proceso de rehabilitación. Tan sólo lo pudimos contemplar por fuera, rodeándolo y apreciando su calzada elevada sobre pilares.
Otros templos
Son varios los pequeños templos que hay dentro de Angkor Thom y a pesar del "empacho" arqueológico merece la pena salirse de los caminos principales y visitar alguno de ellos ya que todos tienen algo diferente que ofrecer: un monje rezando, niños jugando, relieves únicos, un oasis de tranquilidad, higueras renaciendo entre las piedras o una ansiada sombra.
Son varios los pequeños templos que hay dentro de Angkor Thom y a pesar del "empacho" arqueológico merece la pena salirse de los caminos principales y visitar alguno de ellos ya que todos tienen algo diferente que ofrecer: un monje rezando, niños jugando, relieves únicos, un oasis de tranquilidad, higueras renaciendo entre las piedras o una ansiada sombra.
Bayon
Una vez más acudimos a este impresionante templo ya tarde, cuando la afluencia de turistas es mínima. Esta vez aprovechamos para poder observar con tranquilidad sus famosos relieves de los niveles inferiores, que contienen desde escenas de la vida cotidiana hasta batallas navales. Con tiempo y leyendo el libro que llevábamos, pudimos ir descubriendo los detalles más importantes entre las más de 11000 figuras talladas en las paredes.
Una vez más acudimos a este impresionante templo ya tarde, cuando la afluencia de turistas es mínima. Esta vez aprovechamos para poder observar con tranquilidad sus famosos relieves de los niveles inferiores, que contienen desde escenas de la vida cotidiana hasta batallas navales. Con tiempo y leyendo el libro que llevábamos, pudimos ir descubriendo los detalles más importantes entre las más de 11000 figuras talladas en las paredes.
Angkor Wat
Fue el primer templo que visitamos y también fue el último, apurando al máximo las horas de luz y volviendo una vez más a Siam Reap después del anochecer. Se habían acabado los tres días de visita a este impresionante lugar del mundo al que será un placer volver en otra ocasión. Aunque con tristeza era momento de decir adiós y seguir explorando destinos menos conocidos en Camboya.
Fue el primer templo que visitamos y también fue el último, apurando al máximo las horas de luz y volviendo una vez más a Siam Reap después del anochecer. Se habían acabado los tres días de visita a este impresionante lugar del mundo al que será un placer volver en otra ocasión. Aunque con tristeza era momento de decir adiós y seguir explorando destinos menos conocidos en Camboya.
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