La única contrariedad de haber viajado por numerosos países es que cada vez es más difícil encontrar algo diferente que te impresione tanto como las primeras veces. Macao nos aportó esa peculiaridad, motivo por lo que lo recordaremos durante mucho tiempo.
Esta región administrativa del sur de China es un lugar único por su mezcla de cultura oriental con influencia portuguesa. A esto se añade un matiz similar a "Las Vegas" con impresionantes casinos y la dificultad del idioma, ya que son pocas las personas que hablan inglés y el portugués sólo parece que sea idioma oficial para dejarse ver en los nombres de las calles y comercios.
Averiguamos por casualidad que hay un espectáculo permanente del Circo del Sol en el Hotel Venetian y compramos las entradas por internet. Lo malo es que teníamos el tiempo justo para encontrar alojamiento antes de llegar al show, así que salimos casi corriendo del aeropuerto.
Lo más rápido fue coger un taxi (80 HKD) pero primero tuvimos que encontrar un intérprete que le dijera al conductor que queríamos ir a "Rua da Felicidade" en chino. La búsqueda de alojamiento se complicó por los elevados precios de los hoteles y ser fin de semana. Acabamos en el Hotel Central, habitación doble con baño y aire acondicionado - 275 HKD, al lado del Largo del Senado.
Desde allí cogimos un autobús público (6,5 HKD) hasta el Venetian donde recogimos las entradas y pudimos disfrutar del gran espectáculo ZAIA. Ya pudimos ver Saltimbanco en Bilbao hace unos años y desde luego mereció la pena. En esta ocasión el teatro ha sido diseñado específicamente para esta obra y te acaban sorprendiendo desde todos los ángulos.
También tuvimos tiempo de recorrer los falsos canales de Venecia, e incluso la plaza de San Marcos, que han construido como un inmenso centro comercial.
Y por último, la visita al casino con sus ruletas, máquinas tragaperras, mesas para apostar a los dados o las cartas. Todo un mundo nuevo, sorprendente y que merece la pena ver por lo menos una vez en la vida. ¡Es como en las películas!
Al día siguiente paseamos para descubrir los monumentos y edificios coloniales más característicos: el fuerte, el museo, las ruinas de la iglesia de San Pablo, las callejuelas del Largo del Senado, la casa del mandarín... hasta llegar al templo chino A-Ma.
Podíamos haber continuado la jornada visitando el pueblo de Coloane pero preferimos repetir la incursión en el casino Venetian y desde allí coger uno de los autobuses gratuitos que te dejan en la terminal de Ferry para cruzar a Hong Kong. Existen varias compañías que hacen el trayecto, nosotros elegimos New World First Ferry (sábado noche, 175 HKD, 1 hora aprox.) porque nos dejaba en Kowloon.
Desde allí cogimos un autobús público (6,5 HKD) hasta el Venetian donde recogimos las entradas y pudimos disfrutar del gran espectáculo ZAIA. Ya pudimos ver Saltimbanco en Bilbao hace unos años y desde luego mereció la pena. En esta ocasión el teatro ha sido diseñado específicamente para esta obra y te acaban sorprendiendo desde todos los ángulos.
Y por último, la visita al casino con sus ruletas, máquinas tragaperras, mesas para apostar a los dados o las cartas. Todo un mundo nuevo, sorprendente y que merece la pena ver por lo menos una vez en la vida. ¡Es como en las películas!
Al día siguiente paseamos para descubrir los monumentos y edificios coloniales más característicos: el fuerte, el museo, las ruinas de la iglesia de San Pablo, las callejuelas del Largo del Senado, la casa del mandarín... hasta llegar al templo chino A-Ma.
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