jueves, 12 de noviembre de 2009

Serengueti, llanura sin fin

8 de Julio. Segundo día de safari: hacia el Serengueti

Madrugamos para aprovechar bien el día. Terminamos de recoger y esperamos a que preparen el coche hablando con un chico del pueblo que está aprendiendo castellano para aumentar sus posibilidades de vender recuerdos a los turistas. Creo que nosotros necesitaríamos ese tipo de incentivo para mejorar nuestro inglés.

La primera parada es en un mirador para ver el lago Manyara. Continuamos hasta la entrada del Area protegida del Cráter Ngorongoro que tenemos que atravesar en nuestro camino hacia el Serengueti. Hay una neblina que lo cubre todo y nos impide disfrutar de las vistas, confiamos en tener mejor suerte a la vuelta.

Vemos varios pueblos masai y paramos en uno para hacer la típica visita: turistada total. En otras condiciones hubiéramos pasado pero nos parecía mal alterar el itinerario del safari después del favorcillo que nos habían hecho. La broma cuesta 80 USD por grupo u 80.000 TZS. Después del espectáculo inicial de bailes, danzas y saltos de hombres y mujeres, nos dividen separándonos con dos guías diferentes.

Al principio es muy simpático y nos explica que le podemos preguntar todo lo que queramos. Nos acompaña al interior de una de sus casas construidas con los excrementos del ganado. Está muy oscuro y huele mal. Hay un niño pequeño durmiendo y se despierta, pobrecico. Lleva los ojos pegados por las legañas y se me acerca buscando a su mamá, después se echa a llorar. El guía, viendo que ha metido la pata, nos hace salir y empieza a enseñarnos todos los utensilios que tienen para vender a los turistas: pendientes, pulseras, tobilleras, collares, gorros, palos como los que ellos usan, etc. Ante nuestras preguntas sobre su cultura responde escuetamente y sin gran interés.

También nos conduce hasta una pequeña casita hecha con delgados palos de madera, es la escuela. Allí están casi todos los niños del poblado, todos muy formales y sucios, como casi no tienen agua... Estudian swahili e inglés. Cuando no hemos querido comprar nada ha puesto mala cara pero cuando no echamos dinero a la hucha del colegio se nos enfada y nos dice que salgamos fuera. Creemos que con el dinero de la entrada ya hemos hecho suficiente inversión en este pueblo pero ellos no opinan lo mismo.


Continuamos el camino por la garganta de Olduvai, conocida internacionalmente como la "cuna de la humanidad" por los importantes hallazgos paleontológicos encontrados en esta zona. Y llegamos a la entrada del Parque Nacional de Serengueti, un ecosistema en el que se desarrolla la fenómeno de la gran migración. A principios de Julio ésta ya se encuentra en la reserva keniata de Masai Mara que tenemos intención de visitar unas semanas más tarde.

Comemos en la entrada mientras Peter hace las gestiones en las oficinas del parque. Hay mucha gente y tiene que esperar pacientemente su turno. Después comenzará el game drive camino del campamento, en la zona de Seronera.


Serengueti: impresionante, espectacular, entendemos el nombre que le pusieron que significa "llanura sin fin". Nada más empezar vemos un grupo de elefantes, gacelas Thomson y Grant, jirafas, la cabeza de un guepardo escondido entre la vegetación, cebras, un león durmiendo sobre una formaciones rocosas características de este parque (kopjes), más cebras y gacelas, más elefantes, avestruces y como final dos leopardos, otro león e hipopótamos, un águila, búfalos, más y más de todo...


Y para dormir lo hacemos en una tienda de campaña en un camping en medio de todos esos animales, y sin valla ninguna. Cruzaremos los dedos. Descansamos un poco y a cenar (sopa y espagueti boloñesa).

9 de Julio. Tercer día de safari: Más Serengueti.

Desayunamos a las 7 de la mañana y hacemos un game drive desde las ocho hasta la una. Cebras, gacelas, elefantes, búfalos, un chacal, avestruces, buitres, dos leonas echando a dos guepardos de su territorio... Hemos tenido suerte con Peter, entiende un montón de fauna y nos va explicando sus costumbres. Además va por zonas menos concurridas y gran parte del tiempo parece que estemos solos en este paraíso.


Por la tarde hacemos otro game drive desde las tres y media hasta las siete y media. Vemos un grupo de leones subiéndose a un árbol, con dos cachorros que se quedan con su madre por los alrededores. Por primera vez observamos a un pequeño grupo de cebras y de ñus, ya que casi todos están ya en Masai Mara. Van juntos por el interés mutúo: las cebras tienen muy buen olfato y los ñus son expertos buscadores de agua. Además como comen diferente tipo de vegetación no se hacen la competencia. También nos acercamos a una charca con numerosos hipopótamos y algunos cocodrilos. De camino pasamos por una zona con árboles destrozados por los elefantes y los vemos en acción, son un peligro para la vegetación. Volviendo hacia el campamento nos cruzamos con una fila de cochazos oficiales, es el presidente de Tanzania con numerosos acompañantes que van a estrenar un nuevo lodge de lujo.



10 de Julio. Cuarto día de safari: Nos vamos de Serengueti al mediodía.

Desde las seis de la mañana hasta las once y media hacemos un game drive pre-breakfast. Vemos el amanecer, chacales, un numeroso grupo de hienas con crías, un manada de unas 18 leonas también con pequeños llegando a una de sus formaciones graníticas preferidas para pasar las horas de sol, un leopardo en un arbol, más hipopótamos,... También hemos visto a un león y una leona de luna de miel: están separados del grupo una semana, sin comer, copulando cada 10-15 minutos durante menos de 30 segundos. Para acabar hacemos una parada en la oficina de información del parque donde advierten que hace unos días había por los alrededores un guepardo con sus crías.


Y después vamos a por el almuerzo al camping, donde el cocinero nos sorprende con una quiche de pescado muy muy buena y ensalada. Recogemos esquivando a los babuinos y salimos rumbo al crater de Ngorongoro donde dormiremos esta noche.

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