domingo, 25 de octubre de 2009

Primeros días en Africa, preparando el safari

3 de Julio

Largo día de viaje
. Llegamos a Sharjah a las 5:20 a.m. e intentamos dormir en el aeropuerto hasta las 9:40 que sale nuestro vuelo a Nairobi. Por primera vez somos los primeros en subir al avión, sólo para continuar durmiendo. Y así lo hacemos, casi todo el tiempo hasta llegar a la capital keniata.

Resulta fácil tramitar el visado en el aeropuerto Jomo Kenyatta. Estaba un poco preocupada porque había olvidado las fotografías en la mochila facturada pero no hay problema ya que tienen web-cam. Tenemos que rellenar un impreso específico por la gripe A, dónde consideran España como zona de riesgo. Pagamos tan sólo 25 USD (han bajado los precios), por un visado de 90 días y aunque se supone que es "sencillo" podemos ir a Tanzania y Uganda sin tener que pagar otra vez si pasamos por Kenia.

Había leído en la guía que hay autobuses que van directamente del aeropuerto a Arusha (Tanzania) sobre las dos de la tarde. Preguntamos a ver si tenemos suerte. ¡Bien! Hoy es nuestro día. Negociamos duramente el precio pagando la mitad de lo que nos pedían inicialmente, eso sí les damos los 30 USD, por los dos billetes, cuando llega el autobús por si acaso. Probablemente hubiera sido más barato desde la ciudad pero esta opción resulta más rápida y cómoda. Marcos va a comprar algo para comer ya que el trayecto durará entre cuatro y seis horas. Finalmente salimos a las 15 h así que llegaremos sobre las 20:30 h.

Por el camino comprobamos el mal estado de las carreteras, mejor dicho de las pistas de tierra y cómo, a veces, conducen entre nubes de polvo sin ver nada. Atravesamos un pequeño pueblo que tiene un animado mercado con música y hombres que llevan vistosos y largos pendientes de colores. Me contengo para no bajar del autobús y quedarnos allí. Más vale introducirnos en el continente africano de una forma más suave.

En Namanga pasamos la frontera sin contratiempos parando primero en el lado keniata y luego en el tanzano para tramitar el nuevo visado (50 USD).

Se suponía que en Tanzania mejoraba la carretera pero nada de nada, pista de tierra todo el trayecto. Eso sí, nuestra primera puesta de Sol en estas tierras de Africa es espectacular, con todo el cielo rojo.

Llegamos a Arusha sin saber dónde nos deja el autobús. Compartimos taxi con una voluntaria americana hacia una zona de alojamientos económicos. Damos bastantes vueltas valorando las distintas opciones, ninguna maravillosa. Nos quedamos en Levolosi en una habitación doble con baño compartido por 8000 TZS. Es ya muy tarde y nos advierten que tengamos cuidado, así que cenamos algo en un restaurante próximo cuyo dueño nos presentará mañana a alguien de una compañía de safari.

4 de Julio

Nos levantamos tarde, duchita correcta de agua caliente y ya nos está esperando el del safari. Se llama Costa (Constantine). Le proponemos hablar tomando un café y empezamos recabando información. Queremos ir hasta el Serengueti, pasando por el cráter del Ngorongoro así que nos recomienda un mínimo de cuatro días para evitar estar más tiempo en el trayecto que viendo animales en los parques.

Nos acercamos a las oficinas de la agencia Active Tanzania para hablar de los precios. Tiene buena pinta pero se nos escapa un poco de presupuesto: mínimo 145 USD por día si hay grupo, incluyendo en el recorrido el Lago Maynara o el P.N. Tangarire, Ngorongoro y Serengueti. Le decimos que es demasiado caro, pero de forma coherente nos explican que por menos dinero no pueden hacerlo bien y que acabemos contentos. Se agradece la sinceridad. Les propongo que Marcos les puede ayudar con su página web y, mientras él les dice que estoy loca, nos contestan con una amplia sonrisa que podemos hacer business. Quieren mejorar su posicionamiento y tal vez traducir su web al español. Lo pensaremos y por la tarde volveremos a quedar. Pinta bien.

El resto de la mañana lo pasamos comparando en otras agencias de safaris: Sunny, Rob, Natureactive... No hay forma de bajar el precio. Por la calle nos siguen "pesados" o "cansinos" ofreciéndonos ir a otras agencias (dónde se llevarán una copiosa comisión), pero después de nuestro viaje por la India estamos hechos a todo. También preguntamos en el TTB por los programas de turismo cultural pero han subido los precios respecto a las referencias que teníamos en la guía (50.000 por persona y día) y preferimos hacer alguna excursión por nuestra cuenta.

Cambiamos dinero cerca de la torre del reloj: 1 E - 1810 TZS. Comemos en la Pastisserie antes de volver a la agencia para presentarles nuestra propuesta. La estudiarán y mañana nos contestarán.


Pasamos el resto de la tarde paseando por el mercado de la ciudad, muy curioso y auténtico. Antes cruzamos la estacion de autobuses pensando que ya es el propio mercado porque está al aire libre, muy concurrida y hay muchas casetas con vistosos letreros. De fondo el monte Meru, ya sin nubes.


En el mercado nos salen varios guías espontáneos pero los vamos esquivando. Casi no hago fotos porque ya somos lo bastante extraños, nos miran mucho y tendría que preguntarle a demasiada gente antes de hacerlas. Se supone que si vas con "guía" si puedes tomar fotografías sin que se molesten.

La gente lleva ropa de vistosos colores. Venden de todo: zapatos todos revueltos (¿cómo encontrarán la pareja?), calzado hecho con neumáticos que usan los masai, kanga (telas de colores), vegetales, fruta, pescado del lago Victoria, alguno congelado y otros muchos desecados, medicinas tradicionales, madera, harina de pescado como pienso, gallinas vivas, carne, especias, piedras de sal, etc.


Descansamos un poco sentándonos en un extremo del mercado pero nos advierten de que hay personas que están molestas con nuestra presencia y que debemos tener cuidado. Preferimos irnos y nos acercamos a un cibercafé dónde navegamos media hora (800 TZS).

Hoy es sábado y durante todo el día hemos visto numerosas bodas, con todos los invitados bailando y siguiendo a los novios.

Ya es de noche y regresamos al hotel hasta la hora de cenar. Sobre las 20:30 salimos en busca de otro restaurante cercano. El camarero, un chico joven muy agradable, nos invita a un zumo de aguacate y mango y nos lo bebemos confiando que nuestras tripas estén más fuertes que en otros viajes. Probamos el ugali, una pasta blanca hecha con maiz que comen como si fuera pan. La comemos usando el tenedor pero ellos lo hacen cogiendo un trozo con la mano, amasando una pequeña bola y después arrastrando con ella un poco de carne o vegetales.

Nos acostamos pronto, después de jugar un poco a las cartas. Hay mucho ruido, música, los vecinos de las habitaciones... y pronto por la mañana una misa cantada muy animada. Será mejor que nos vayamos acostumbrando porque va a ser así durante todo el viaje.

5 de Julio

Nos levantamos a las 9 de la mañana y desayunamos estrenando el Milo (cacao soluble) que me compré ayer en un supermercado. Nos parece raro encontrar leche sin problemas, acostumbrados a encontrarla sólo en polvo en la mayoría de los países asiáticos.

Queremos ir al mercado masai que se celebra los domingos en Ngaramtoni, 12 km al norte de Arusha. Buscamos la estación de dalla-dalla y nos sorprende que nos pidan sólo 300 TZS en vez de los 500 que nos dijeron ayer en el TTB. Extrañados incluso les preguntamos si luego había que cambiar de furgoneta. Será que nos marcó demasiado la experiencia del año pasado en Indonesia.

Media hora más tarde ya estábamos en el mercado. Al mediodía es cuando estará más animado porque van llegando los masais desde lejos. Venden maiz, carbón, ropa, zapatos, pendientes... de todo. También aquí tengo la cámara guardada.

Van viniendo los altos masais, con sus zapatos reciclados, sus collares, pulseras, tobilleras y llamativos pendientes. Se hacen enormes agujeros en las orejas y en algunas ocasiones se las recogen hacia arriba enganchando el agujero en la parte superior. Van vestidos con telas de cuadros rojos y azules y siempre con un palo, a veces corto y otras largo.


Nos encontramos con el camarero de la cena de ayer y nos acompaña el resto de la jornada. Su familia vive allí y nos presenta a su padre que conduce un camión a Nairobi. Aunque no le entendemos demasiado su inglés, es muy agradable y nos encontramos muy cómodos con él, nos sentimos mejor "mirados" por los demás.

Vemos cómo le arreglan a medida una sandalias de neumático a un masai. Tienen de todas las medidas, incluso de bebé. Les gustan debido a su resistencia y larga duración. También observamos a un masai mayor probando cómo suenan varios cencerros y cómo se va asustado por el precio que le piden.


Nos cruzamos con una cabra y nuestro "guía" nos comenta que hay un mercado de animales un poco más lejos, donde van los masais a vender el ganado (cabras, vacas y burros) para conseguir dinero y poder comprar en este otro mercado. Le propongo que vayamos hasta allí y nos acompaña.

Andamos durante unos veinte minutos bajo el fuerte sol de al mediodía pero nos encanta. Van viniendo los pastores con sus pequeños rebaños dejando atrás las nubes de polvo que levantan a su paso. Como fondo el monte Meru, la segunda montaña más alta de Tanzania. Una vivencia inolvidable que no compartimos con ningún otro mzungu.


Mientras nuestro ya amigo mira unas cabras, me acerco a tocar un burro chiquitín que acaba de mamar. Se acercan a ver si lo quiero comprar, lástima que no me quepa en el avión porque tampoco me piden demasiado. Todas las cabras del mismo dueño se juntan formando pequeños círculos y cuando alguien se interesa por alguna la sacan tirándole de una pata trasera para que la puedan tocar, verle la dentadura... Además venden sogas trenzadas, machetes con sus fundas y utensilios varios.

Volvemos caminando al primer mercado y antes de marcharnos nos tomamos algo con nuestro amigo y le damos una buena propina antes de coger el dalla-dalla de vuelta a Arusha para comer. Cuando ya estábamos sentados nos hacen cambiarnos de sitio porque... ¡Sorpresa! Dos elegantes hombres suben un ternero que acaban de comprar. Cada vez suben más personas y además aún meten una cabra en el hueco que queda bajo los asientos traseros. Creo que batimos el record: 21 personas, un ternero y una cabra.

Ya en Arusha se nota que es domingo, la gente lleva sus mejores galas, hay mucho ambientillo y música por la calle. Comemos en una terracita y hacemos una larga sobremesa en la que aprovecho para actualizar el diario del viaje mientras Marcos lee la guía. Pasamos por el hotel por si tenemos noticias de "nuestros negocios" pero no hay novedades. Aprovechamos para lavar algo de ropa ya que hay sitio para tenderla.

Salimos otra vez a dar una vuelta por el centro hasta la torre del reloj. Ya nos conocen los "cansinos" y nos reimos con ellos bromeando, sin que apenas nos insistan sobre los safaris. Después de navegar un poco en un hotel cercano volvemos a nuestro barrio para cenar y descansar. No hemos sabido nada del safari y hoy estaba todo cerrado, así que mañana tocará tomar la decisión.

6 de Julio

No madrugamos demasiado, en nuestra línea, y al salir vemos a Thomas y Costa, de Active Tanzania, todo trajeados y limpiándoles los zapatos. Nos preguntan que cuando nos vamos y les comentamos que mañana queremos salir de safari. Hoy están muy ocupados pero nos harán un hueco a las dos de la tarde. Por si no llegamos a un acuerdo, volvemos a mirar en más agencias pero nos piden incluso más dinero que el otro día porque no tienen ningún grupo al que nos podamos unir.

LLega la hora de la cita y parece que hay trato. Nos harán una rebaja interesante en el safari de 5 días, con dos noches en el Serengueti, a cambio de ayudarles con la traducción al español de su página web. A la hora de pagar la liamos un poco, para variar, y se nos hacen las mil hasta que conseguimos hacer la transferencia internacional. A dormir pronto que mañana tenemos que madrugar. ¡Por fin nos vamos de safari!

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