viernes, 11 de diciembre de 2009

Moshi, Lusotho y Dar

12 de Julio. Arusha - Moshi.

Habíamos quedado con Thomas, de ActiveTanzania, pronto por la mañana en la agencia para cumplir nuestra parte del "negocio" y traducir parte de su página web al castellano. Desayunamos tranquilamente en el hotel y recogemos todo con la intención de ir hacia Moshi después de comer.

A las tres de la tarde partimos en autobús hacia esta ciudad, famosa por ser una de las bases para la ascensión al monte Kilimanjaro, la cumbre más alta del continente africano. No está dentro de nuestros planes principalmente por los elevados precios, tan sólo la entrada al Parque Nacional cuesta 60 USD diarios. A ello hay que añadir los costes de un guía ya que es obligatorio contratarlo.

Una hora y pico más tarde ya estábamos callejeando en busca de alojamiento, rodeados de "cansinos" y con la mayoría de los hoteles completos. Acabamos bastante saturados y alojándonos en un hotel lejos del centro para librarnos de su molesta compañía.

Habíamos pensado pasar en Moshi un par de días haciendo alguna excursión por los alrededores pero releemos la guía y decidimos ir hacia Dar Es Salam al día siguiente. Intentamos encontrar la oficina de una compañía de autobuses antes de que anochezca para preguntar los horarios pero ha cambiado de sitio. Descansamos un poco en la habitación y bajamos a cenar al restaurante.

Repensamos el itinerario de los próximos días. Probaremos a acercarnos a las montañas Usambara, desde la población de Lusotho. Nos echamos pronto a dormir, estamos cansados aunque hoy no hemos hecho gran cosa.

13 de Julio. Moshi - Lusotho

Empezamos el día con calma. Una buena ducha de agua caliente, desayunamos en el hotel y vamos a cambiar dinero al banco. Cuando llegamos a la estación de autobuses ya no hay uno directo hasta nuestro destino, tendremos que ir a Mombo y luego coger un dalla-dalla hasta Lusotho.

Descansamos durante el trayecto, viendo el Kilimanjaro al principio y las extensas plantaciones de sisal después. Nos hace gracia adelantar al bus de Kananga con el que también coincidimos en Serengueti. Probablemente el dinero que nos gastemos durante los dos meses de viaje será inferior a lo que pagan sus ocupantes por 17 días.

Mercadillo, desde el autobús

En el cambio de transporte aprovechamos para comer y luego comienza la negociación del pequeño minibus que nos llevará a Lusotho. Un hombrecico nos ayuda a conseguir un precio justo aunque se crea bastantes enemistades entre los que ya nos veían como la paga extra semanal. Va lleno llenísimo y durante el trayecto todavía sube más y más gente, algunos van literalmente fuera del autobús agarrados como pueden a la puerta.

Llegamos a nuestro destino a las cuatro de la tarde y un guía de Tayodea, una asociación local con programas de turismo cultural, nos acompaña a buscar hotel. Nos quedamos en el White House Anex, en una habitación recién pintada con baño y desayuno por 12.ooo TZS.

Después nos acercamos a la oficina de esta asociación que da trabajo a varias personas de la comunidad y cuyos beneficios se reinvierten en la misma. Nos apetece apoyar este tipo de iniciativas pero las excursiones que organizan son demasiado caras, 40 USD por una salida al mirador de Irente, al que es relativamente fácil por tu cuenta. Hablamos con ellos tranquilamente y negociamos que nos quiten la comida y hacerlo en mediodía de forma que finalmente pagaremos 20.000 TZS.

También les preguntamos por el mercado de mañana en Soni, un pueblo cercano, pero nos dicen que hay un problema de diarrea y lo han suspendido. Su negocio estrella son los trekkings de varios días por las montañas Usambara con alojamiento en las casas de los campesinos pero no queremos pasar tanto tiempo en esta zona.

Paseamos el resto de la tarde por el pueblo. La gente es muy amable, nos saludan continuamente y los niños nos llaman mzungu entre pícaras sonrisas. Vemos el animado mercado y compramos algo de fruta. Nos llama la atención ver a los bebés, llevados en la espalda sujetados con telas, con zapatos muchísimo más grandes de lo necesario.

Negocios locales en Lusotho

Descansamos en la habitación un poco antes de cenar en el restaurante de la guesthouse. Sólo tienen pollo, qué bien, por lo menos puede ser con arroz en vez de con patatas fritas que ha sido nuestra comida.

Batimos el record de espera. Nos dicen que tardarán 25 minutos, luego 35 minutos, pero no nos imaginábamos que teníamos que sumar los tiempos de espera. Más de una hora después llega nuestra cena, al menos el pollo es guisado con tomate y pimientos verdes en lugar de frito como siempre.

14 de Julio. Lusotho

Hemos quedado a las 9 de la mañana para ir con un guía de Tayodea al mirador de Irente. El desayuno de la guesthouse es bastante pobre, sólo leche en polvo y dos tostadas con mantequilla y azucar con hormigas.

Nos acompaña el mismo chico de ayer. Creo que damos un poco de vuelta para llegar pero está muy bien porque pasamos por pequeños pueblecillos. Hay muchísimos niños que nos saludan sorprendidos, gente trabajando en el campo, huertos de maiz, caña de azúcar, patatas, otros construyendo sencillas casas de adobe, etc.

Vistas desde el mirador de Irente

Llegamos al mirador una hora y poco después y volvemos por otro camino. Pasamos por una granja y compramos queso.

Hay un orfanato y varios colegios en la zona, uno para ciegos y el Rainbow School de educación especial, que visitamos. Está muy bien ya que reciben fondos de la iglesia luterana y del gobierno alemán, además están hermanados con un colegio de allí y a veces vienen voluntarios.

Tienen 28 alumnos distribuidos en tres clases y un programa de autismo para otros 500 niños de la comunidad. Hay una sala de psicomotricidad, con material parecido al que tenemos en España, un cartel con instrucciones de juegos en inglés ("Simon says..."). En las aulas utilizan fotos para ayudar a la comunicación y también tienen sillas de ruedas donadas por Unicef. Hacemos un pequeño donativo y continuamos el paseo hasta Lusotho. Compartimos camino con los escolares que van saliendo del colegio ataviados con uniformes azules.

Rainbow School

Compramos los billetes de autobús para mañana por la mañana a Dar Es Salam y probamos a llamar por teléfono a casa. Tan sólo podemos hablar dos minutos y se corta pero por lo menos sabemos que les van llegando los correos electrónicos y la familia está tranquila.

Comemos en el Tumaini Restaurant. Pizza no hay, pero sí espaguetis con champiñones y ternera con arroz muy especiada. Se agradece cualquier cosa que no sea pollo. Durante la espera jugamos a las cartas y después nos echamos una supersiesta en nuestro hotel, con el ruido de fondo de la televisión del bar que les gusta tener a tope de volumen. Están enganchados a las telenovelas venezolanas en inglés.

Luego viene la "operación ducha". Se suponía que teníamos agua caliente en nuestro baño pero ni siquiera tenemos fría. Abren el tanque y para el agua caliente tenemos que esperar 20 minutos. Después de más de media hora, seguimos sin ella. Pregunto de nuevo y me dicen que me pueden traer buckets (cubos) o ir a otra habitación. Al final nos trasladamos definitivamente de habitación para acabar duchándome con cubos porque sale sólo un hilillo de agua caliente. ¡Así es África!

Salimos a dar un paseo casi a las seis de la tarde. Este pueblo es de lo más divertido. Vemos un rebaño de cabras con un pastorcillo de unos seis años ayudado por otro de apenas tres que va corriendo detrás de ellas con un palo más grande que él.

Luego unas chicas me dicen que voy muy elegante, con mis pintillas de un pantalón bombacho y zapatillas de deporte. Aprovechamos para navegar un rato y descargar la cámara antes de volver a cenar al mismo restaurante. Coincidimos con una familia española que acaba de hacer un trekking de varios días y están encantados con la experiencia.

15 de Julio. Lusotho - Dar Es Salam

En teoría a las 7:45 tenemos que estar en el autobús express a la capital tanzana, aunque hasta pasadas las ocho no aparece y hasta casi y media no salimos. También se suponía que no paraba porque es directo pero lo hace cada 10 minutos y los vendedores ambulantes aprovechan para intentar hacer negocios con sus productos.

Llegamos a Dar Es Salam pasadas las tres de la tarde, bueno a la estación de autobuses de Ubungo que está a 8 kilómetros. Intentamos compartir taxi con algún otro mzungu hasta el centro, pero parece que todos van directos al ferry que va a Zanzíbar. Nosotros preferimos darle una oportunidad a esta ciudad.

Más mercados desde el autobús

Negociamos un taxi y conseguimos que bajen de 15.000 TZS a 8.000TZS que es el precio de referencia de la guía. Nos quedamos en el Safari Inn, doble con desayuno por 26.000 TZS. Está al lado de la Mosque Street, bien situado. Salimos a comer y empezamos a descubrir esta ciudad que casi todos pasan por alto.

Mezquita en Dar es Salam

Hay una gran variedad étnica: negros, árabes y muchos hindús. Pensamos en acercarnos al museo donde están los restos de los homínidos encontrados en la Garganta de Olduvai pero ya han cerrado.

Nos acercamos a las taquillas del ferry pero pasamos de largo porque hay muchos cansinos. En un parque cercano vemos como graban otro video musical muy parecido al que vimos en Arusha y callejeamos hasta el anochecer, poniendo a prueba nuestro sentido de la orientación sin sacar el mapa para no llamar la atención. Intentando ahuyentar a los cansinos decidimos contar que somos de Sudamérica, para que vean que tenemos un nivel adquisitivo menor. Parece que funciona aunque no se lo acaban de creer.

De camino al hotel encontramos un locutorio con llamadas internacionales bastante baratas. Después de descansar un poco vamos a un restaurante lleno de turistas, Chef´s Pride, en busca de comida internacional. Y a dormir. Mañana nos iremos a Zanzibar sin prisas.

2 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

Pues zanzibar es un paraíso ...lo vereis...preguntar por chiquito...buena gente y gran conocedor de la isla

reserva la montaña dijo...

Muy buen relato, se nota que este viaje ha sido increible.