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lunes, 7 de junio de 2010

P.N. Hell´s Gate, safari en bicibleta

Este parque natural situado cerca del lago Naivasha tiene la particularidad de poder ser visitado a pie o en bicicleta debido a que no hay animales peligrosos. Es fácil y más barato organizar la excursión por tu cuenta:

- Alojamiento: Hay numerosos campings en las orillas del lago. Nos alojamos en Fish Eagle Inn (700 KS por litera en habitación múltiple). Impone vislumbrar las sombras de los hipopótamos que se acercan por la noche a pastar. Para nuestra tranquilidad tenían una vallas electrificadas que impedían que se aproximaran demasiado.

- Alquiler de bicicleta: En el propio camping y en el contiguo Fisherman Camp, 450 KS. Merece la pena probarlas y elegir una que esté en buen estado.

- Comida y bebida: La compramos en las tiendas que encontramos en la carretera principal, hasta la entrada del parque.

- Entrada al Parque Natural: 25 USD, más 100 KS por bicicleta. Existe descuento para estudiantes menores de 25 años y que documenten que llevan más de dos semanas en Kenia. Lamentablemente no nos dan ni un mapa. Es importante conservan las entradas porque las piden a la salida.

- Recorrido: Por pistas de tierra bien señalizadas hasta el principio de un cañón en el que se puede hacer una excursión a pie y donde hay una oficina de información con guías. También hay oportunidad de practicar la escalada. ¡Cuidado con los pinchazos!

- Fauna que vemos: Aves varias, cebras, babuinos, gacelas de distintas clases, jabalíes berrugosos ("Pumbas"), algún búfalo y jirafas. Al principio estamos un poco desilusionados, después de Masai Mara el listón está muy alto, pero realmente es muy agradable dar un paseo en bicicleta en ese entorno y tener la oportunidad de ver los animales sin estar dentro de un coche.





martes, 25 de mayo de 2010

Safari en Masai Mara

Un día en Nairobi visitando agencias de safaris, esquivando "cansinos" y tomando decisiones trascendentes para la ansiada incursión en Masai Mara puede resultar más estresante y agotador que todos los kilómetros que llevamos recorridos en este viaje. Por lo menos conseguimos esa misma tarde contratar un safari de tres días en dicha Reserva Natural. Negociamos que nos dejaran el último día en el lago Naivasha, en vez de en Narirobi que es lo habitual, para poder continuar por nuestra cuenta visitando el P.N. de Hell´s Gate.

La agencia Spirits of Africa no pudo hacerlo peor: empezamos tarde, la comida que nos prometieron variada fue más bien escasa y repetitiva, las cómodas tiendas de campaña con baño de las fotos se convirtieron en unas normalitas y teníamos que usar las letrinas comunes cuya limpieza dejaba mucho que desear, pero sin duda lo peor fue el conductor que no respetó los horarios acordados de game drive y se dedicó a trasladarnos lentamente por las pistas principales de la reserva.

Aunque nos quejamos durante y después del safari nada hicieron para solventar todos estos problemas y su respuesta meses más tarde fue "no os ibáis a creer todo lo que os prometimos...". Sobra decir que es una compañía a evitar y cuya actuación nos hizo valorar todavía más a Active Tanzania, con los que habíamos realizado un magnífico safari en Tanzania.

A pesar de todo ello tuvimos la ocasión de disfrutar de la fauna africana de cerca, viendo el impresionante espectáculo natural que supone la gran migración y la cadena alimenticia, desde los hervíboros pastando hasta el esqueleto que queda después de la actuación de los carnívoros y los carroñeros.










martes, 4 de mayo de 2010

Viaje en el tren lunático de Mombasa a Nairobi


En muchos de nuestros viajes hemos incluido un trayecto en tren en el itinerario: de Aguascalientes a Cuzco en Perú, de Agra a Benarés en India, de Chengdu a Xian en China, de El Cairo a Asuán en Egipto, de Latakia a Aleppo en Siria, de Bangkok a la frontera con Laos en Tailandia...y siempre es una aventura única que recuerdo con especial nostalgia.

Cuando programamos este viaje por el Africa mítica casi nada estaba pensado pero sí tenía claro que quería montarme en el tren lunático y estuve aún más decidida después de leer su historia en el libro de Javier Reverte "El sueño de Africa". Sin duda una opción más rápida, cómoda y aburrida hubiera sido coger un vuelo de Lamu a Nairobi.

Hemos comprado billetes de segunda clase en un compartimento de cuatro personas, con desayuno, por 1940 KS por persona. Tenemos mosquitera para la ventana y nos viene muy bien el saco sábana que llevamos en la mochila para mantener mayor distancia con las hormiguillas, cucarachas pequeñas y otra fauna menor que comparte litera con nosotros. En fin, es lo que tiene viajar en un tren con tanta historia.

Aunque la salida estaba prevista a las 19 h lo hacemos con tres cuartos de hora de retraso. Nos instalamos en el tren e intentamos intuir el paisaje a través de la ventanilla del pasillo. Lamentablemente está ya demasiado oscuro así que investigamos un poco el ferrocarril, cenamos la comida que habíamos comprado por la tarde en Mombasa y aún jugamos un rato a las cartas antes de dormir.

Me puse el despertador para ver el amanecer pero está muy nublado. Aún con todo me quedo mirando el paisaje, imaginándome a los coolies indios que trajeron para construir las vías a finales del siglo XIX y a los leones devoradores de hombres que tan difícil se lo pusieron. A las 7 h pasan tocando una campanilla para avisar, ya está preparado el desayuno. Acudimos al vagón restaurante y disfrutamos de un abundante almuerzo: leche, café, zumo, tostadas, mermelada y mantequilla, huevos fritos, salchichas y judías. Todo servido con una vajilla y cubertería que nos invita a viajar en el tiempo.


Comienza el espectáculo, nuestro primer safari en Kenia sin bajar del tren: primero vemos un par de gacelas, luego avestruces, cebras, más gacelas, ñus e incluso alguna jirafa. Llegando a Nairobi la visión es bien distinta: chabolas en medio de basureros, con los niños acercándose al tren a pedir dinero. Dos facetas muy diferentes que definen el país y no nos dejan indiferentes.


Llegamos a la capital pasadas las 11 de la mañana, con tan sólo dos horas de retraso respecto del horario previsto.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Crater de Ngorongoro

Visitar este Area de Conservación es otro momento mágico dentro de un viaje a Tanzania, tanto por su paisaje como por la cantidad de animales que pueden verse en esta enorme caldera perfecta, de 19 kms. de diámetro.

11 de Julio. Quinto día de safari: Crater de Ngorongoro y vuelta a Arusha.


Tras pasar la noche en un camping situado en el borde del cráter, madrugamos para hacer un game drive desde el amanecer hasta mediodía. Comenzamos descendiendo por una sinuosa pista de tierra, cuando todavía están las paredes del cráter parcialmente cubiertas de nubes que poco a poco se irán disipando a lo largo de la mañana.


Una vez más Peter prefiere ir por pistas diferentes a los demás todoterrenos lo que nos permite disfrutar de una manera más intima del contacto con los animales. Vemos cebras, ñus, gacelas, hienas, hipopótamos, jabalíes verrugosos, avestruces, buitres... Tan sólo no están presentes las jirafas porque debido a la morfología de sus patas no pueden descender al fondo del cráter. Incluso a lo lejos vemos un rinoceronte; objetivo de muchos turistas en Africa cumplido, hemos visto los cinco grandes: león, búfalo, leopardo, elefante y rinoceronte.


Vemos un grupo de once leonas con cachorros, algún elefante suelto y otro momento especial en todo safari: dos intentos de caza. Es curioso que cuando vemos los documentales de "La 2" en la televisión siempre queremos que la cebra consiga escapar de ese león tan malo. Sin embargo, cuando estás allí, viviéndolo tan de cerca, todos los turistas gritamos "¡Oooohhh!" cuando consiguieron escaparse. Las leonas habían estado acercándose, agazapadas, estratégicamente situadas para que el viento fuera hacia otro lado y su olor no llegara a las cebras. Pero aún con todo han salvado la vida.


Dentro del cráter hay lagos de agua salada, con flamencos aunque no demasiados, y de agua dulce donde se acercan los animales a beber. Allí podemos descender del vehículo y estirar un poco las piernas.

Para abandonar la caldera se utiliza otra pista que atraviesa un frondoso bosque. El conductor nos advierte de que no podrá parar para que hagamos fotos debido a la pendiente y al tráfico. Intento retener en mi memoria las espectaculares instantáneas que no puedo hacer con la cámara.


Comemos en el camping antes de partir hacia Arusha donde llegamos pasadas las cinco de la tarde. Es sábado y de nuevo vemos desfiles y comparsas de invitados a las bodas que se acaban de celebrar.

Nos despedimos de Peter y de Rafael, el cocinero, y les damos la propina de rigor. Buscamos un hotel un poco mejor, el Kutundu, con baño de agua caliente. Cenamos pizza y pasta y a dormir que hoy toca cama.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Serengueti, llanura sin fin

8 de Julio. Segundo día de safari: hacia el Serengueti

Madrugamos para aprovechar bien el día. Terminamos de recoger y esperamos a que preparen el coche hablando con un chico del pueblo que está aprendiendo castellano para aumentar sus posibilidades de vender recuerdos a los turistas. Creo que nosotros necesitaríamos ese tipo de incentivo para mejorar nuestro inglés.

La primera parada es en un mirador para ver el lago Manyara. Continuamos hasta la entrada del Area protegida del Cráter Ngorongoro que tenemos que atravesar en nuestro camino hacia el Serengueti. Hay una neblina que lo cubre todo y nos impide disfrutar de las vistas, confiamos en tener mejor suerte a la vuelta.

Vemos varios pueblos masai y paramos en uno para hacer la típica visita: turistada total. En otras condiciones hubiéramos pasado pero nos parecía mal alterar el itinerario del safari después del favorcillo que nos habían hecho. La broma cuesta 80 USD por grupo u 80.000 TZS. Después del espectáculo inicial de bailes, danzas y saltos de hombres y mujeres, nos dividen separándonos con dos guías diferentes.

Al principio es muy simpático y nos explica que le podemos preguntar todo lo que queramos. Nos acompaña al interior de una de sus casas construidas con los excrementos del ganado. Está muy oscuro y huele mal. Hay un niño pequeño durmiendo y se despierta, pobrecico. Lleva los ojos pegados por las legañas y se me acerca buscando a su mamá, después se echa a llorar. El guía, viendo que ha metido la pata, nos hace salir y empieza a enseñarnos todos los utensilios que tienen para vender a los turistas: pendientes, pulseras, tobilleras, collares, gorros, palos como los que ellos usan, etc. Ante nuestras preguntas sobre su cultura responde escuetamente y sin gran interés.

También nos conduce hasta una pequeña casita hecha con delgados palos de madera, es la escuela. Allí están casi todos los niños del poblado, todos muy formales y sucios, como casi no tienen agua... Estudian swahili e inglés. Cuando no hemos querido comprar nada ha puesto mala cara pero cuando no echamos dinero a la hucha del colegio se nos enfada y nos dice que salgamos fuera. Creemos que con el dinero de la entrada ya hemos hecho suficiente inversión en este pueblo pero ellos no opinan lo mismo.


Continuamos el camino por la garganta de Olduvai, conocida internacionalmente como la "cuna de la humanidad" por los importantes hallazgos paleontológicos encontrados en esta zona. Y llegamos a la entrada del Parque Nacional de Serengueti, un ecosistema en el que se desarrolla la fenómeno de la gran migración. A principios de Julio ésta ya se encuentra en la reserva keniata de Masai Mara que tenemos intención de visitar unas semanas más tarde.

Comemos en la entrada mientras Peter hace las gestiones en las oficinas del parque. Hay mucha gente y tiene que esperar pacientemente su turno. Después comenzará el game drive camino del campamento, en la zona de Seronera.


Serengueti: impresionante, espectacular, entendemos el nombre que le pusieron que significa "llanura sin fin". Nada más empezar vemos un grupo de elefantes, gacelas Thomson y Grant, jirafas, la cabeza de un guepardo escondido entre la vegetación, cebras, un león durmiendo sobre una formaciones rocosas características de este parque (kopjes), más cebras y gacelas, más elefantes, avestruces y como final dos leopardos, otro león e hipopótamos, un águila, búfalos, más y más de todo...


Y para dormir lo hacemos en una tienda de campaña en un camping en medio de todos esos animales, y sin valla ninguna. Cruzaremos los dedos. Descansamos un poco y a cenar (sopa y espagueti boloñesa).

9 de Julio. Tercer día de safari: Más Serengueti.

Desayunamos a las 7 de la mañana y hacemos un game drive desde las ocho hasta la una. Cebras, gacelas, elefantes, búfalos, un chacal, avestruces, buitres, dos leonas echando a dos guepardos de su territorio... Hemos tenido suerte con Peter, entiende un montón de fauna y nos va explicando sus costumbres. Además va por zonas menos concurridas y gran parte del tiempo parece que estemos solos en este paraíso.


Por la tarde hacemos otro game drive desde las tres y media hasta las siete y media. Vemos un grupo de leones subiéndose a un árbol, con dos cachorros que se quedan con su madre por los alrededores. Por primera vez observamos a un pequeño grupo de cebras y de ñus, ya que casi todos están ya en Masai Mara. Van juntos por el interés mutúo: las cebras tienen muy buen olfato y los ñus son expertos buscadores de agua. Además como comen diferente tipo de vegetación no se hacen la competencia. También nos acercamos a una charca con numerosos hipopótamos y algunos cocodrilos. De camino pasamos por una zona con árboles destrozados por los elefantes y los vemos en acción, son un peligro para la vegetación. Volviendo hacia el campamento nos cruzamos con una fila de cochazos oficiales, es el presidente de Tanzania con numerosos acompañantes que van a estrenar un nuevo lodge de lujo.



10 de Julio. Cuarto día de safari: Nos vamos de Serengueti al mediodía.

Desde las seis de la mañana hasta las once y media hacemos un game drive pre-breakfast. Vemos el amanecer, chacales, un numeroso grupo de hienas con crías, un manada de unas 18 leonas también con pequeños llegando a una de sus formaciones graníticas preferidas para pasar las horas de sol, un leopardo en un arbol, más hipopótamos,... También hemos visto a un león y una leona de luna de miel: están separados del grupo una semana, sin comer, copulando cada 10-15 minutos durante menos de 30 segundos. Para acabar hacemos una parada en la oficina de información del parque donde advierten que hace unos días había por los alrededores un guepardo con sus crías.


Y después vamos a por el almuerzo al camping, donde el cocinero nos sorprende con una quiche de pescado muy muy buena y ensalada. Recogemos esquivando a los babuinos y salimos rumbo al crater de Ngorongoro donde dormiremos esta noche.

viernes, 6 de noviembre de 2009

miércoles, 28 de octubre de 2009

Lago Manyara

7 de Julio. Primer día de safari: Lago Manyara

Hemos quedado a las 8:30 en la agencia. Desayunamos en el restaurante de nuestro amigo y vamos hacia allí. Nos presentan a Peter, el conductor - guía, y Raphael, el cocinero. El todoterreno está muy bien, perfecto para cuatro personas y tiene el apreciado pop-up roof (el techo se puede levantar) que te permite observar mejor la fauna sin que te moleste el sol.

La primera parada es para recoger a nuestras compañeras de safari, dos danesas que acaban de subir el Kilimanjaro. Después partimos rumbo al lago Manyara, parque nacional de 330 km cuadrados que se encuentra a 80 km de Arusha, a poco menos de dos horas de viaje atravesando pequeños pueblos masai donde les vemos pastoreando, en bicicleta o simplemente andando. Peter nos cuenta que son la tribu más importante de Tanzania, de las 125 que hay, y que es la que mejor conserva sus tradiciones.

Llegamos al camping donde pasaremos la noche, en Mto Wa Mbu que significa en Swahili "río de mosquitos", muy cerca de la entrada del Parque Nacional del lago Manyara. Dejamos las mochilas y nos montan las tiendas en un periquete. Ya estamos listos para hacer el primer game drive, lo que viene a ser conducir despacito por las pistas del parque para ver los animales. Pasaremos allí el resto del día, hasta casi las seis de la tarde, comiendo un buen picnic: sandwich, huevo duro, un trozo de pollo, zumo de mango, media naranja y un paquete de galletas.

El paisaje es muy variado, desde casi selva a llanuras áridas y secas, con el lago lleno de flamencos a lo lejos y los cortados del Valle del Rift. También podemos ver los famosos baobabs, enormes árboles que acumulan gran cantidad de agua en su interior y que en el Parque Nacional de Tangarire tienen agujeros que les hacen los elefantes para beber durante la estación seca.

Vemos jirafas con distintos tipos de manchas, cebras, ñus, jabalíes berrugosos (Pumba en la película de Disney del Rey León), mangostas (Timón), monos azules, babuinos, hipopótamos, varios grupos de elefantes y uno de ellos acercándose peligrosamente al coche, una iguana, impalas, dik-dik (los antílopes más pequeños), marabús (extraño pájaro que parece una cigüeña pero es de mayor tamaño y es carroñero como los buitres), aves varias,... entre otra fauna.








Ha sido un buen día. Descansamos en el camping (que tiene duchas de agua caliente, aunque nos enteramos demasiado tarde) y cenamos sobre las siete para adaptarnos al ritmo horario de los safaris. Mañana toca día duro de conducción hasta el Serengueti.

domingo, 25 de octubre de 2009

Primeros días en Africa, preparando el safari

3 de Julio

Largo día de viaje
. Llegamos a Sharjah a las 5:20 a.m. e intentamos dormir en el aeropuerto hasta las 9:40 que sale nuestro vuelo a Nairobi. Por primera vez somos los primeros en subir al avión, sólo para continuar durmiendo. Y así lo hacemos, casi todo el tiempo hasta llegar a la capital keniata.

Resulta fácil tramitar el visado en el aeropuerto Jomo Kenyatta. Estaba un poco preocupada porque había olvidado las fotografías en la mochila facturada pero no hay problema ya que tienen web-cam. Tenemos que rellenar un impreso específico por la gripe A, dónde consideran España como zona de riesgo. Pagamos tan sólo 25 USD (han bajado los precios), por un visado de 90 días y aunque se supone que es "sencillo" podemos ir a Tanzania y Uganda sin tener que pagar otra vez si pasamos por Kenia.

Había leído en la guía que hay autobuses que van directamente del aeropuerto a Arusha (Tanzania) sobre las dos de la tarde. Preguntamos a ver si tenemos suerte. ¡Bien! Hoy es nuestro día. Negociamos duramente el precio pagando la mitad de lo que nos pedían inicialmente, eso sí les damos los 30 USD, por los dos billetes, cuando llega el autobús por si acaso. Probablemente hubiera sido más barato desde la ciudad pero esta opción resulta más rápida y cómoda. Marcos va a comprar algo para comer ya que el trayecto durará entre cuatro y seis horas. Finalmente salimos a las 15 h así que llegaremos sobre las 20:30 h.

Por el camino comprobamos el mal estado de las carreteras, mejor dicho de las pistas de tierra y cómo, a veces, conducen entre nubes de polvo sin ver nada. Atravesamos un pequeño pueblo que tiene un animado mercado con música y hombres que llevan vistosos y largos pendientes de colores. Me contengo para no bajar del autobús y quedarnos allí. Más vale introducirnos en el continente africano de una forma más suave.

En Namanga pasamos la frontera sin contratiempos parando primero en el lado keniata y luego en el tanzano para tramitar el nuevo visado (50 USD).

Se suponía que en Tanzania mejoraba la carretera pero nada de nada, pista de tierra todo el trayecto. Eso sí, nuestra primera puesta de Sol en estas tierras de Africa es espectacular, con todo el cielo rojo.

Llegamos a Arusha sin saber dónde nos deja el autobús. Compartimos taxi con una voluntaria americana hacia una zona de alojamientos económicos. Damos bastantes vueltas valorando las distintas opciones, ninguna maravillosa. Nos quedamos en Levolosi en una habitación doble con baño compartido por 8000 TZS. Es ya muy tarde y nos advierten que tengamos cuidado, así que cenamos algo en un restaurante próximo cuyo dueño nos presentará mañana a alguien de una compañía de safari.

4 de Julio

Nos levantamos tarde, duchita correcta de agua caliente y ya nos está esperando el del safari. Se llama Costa (Constantine). Le proponemos hablar tomando un café y empezamos recabando información. Queremos ir hasta el Serengueti, pasando por el cráter del Ngorongoro así que nos recomienda un mínimo de cuatro días para evitar estar más tiempo en el trayecto que viendo animales en los parques.

Nos acercamos a las oficinas de la agencia Active Tanzania para hablar de los precios. Tiene buena pinta pero se nos escapa un poco de presupuesto: mínimo 145 USD por día si hay grupo, incluyendo en el recorrido el Lago Maynara o el P.N. Tangarire, Ngorongoro y Serengueti. Le decimos que es demasiado caro, pero de forma coherente nos explican que por menos dinero no pueden hacerlo bien y que acabemos contentos. Se agradece la sinceridad. Les propongo que Marcos les puede ayudar con su página web y, mientras él les dice que estoy loca, nos contestan con una amplia sonrisa que podemos hacer business. Quieren mejorar su posicionamiento y tal vez traducir su web al español. Lo pensaremos y por la tarde volveremos a quedar. Pinta bien.

El resto de la mañana lo pasamos comparando en otras agencias de safaris: Sunny, Rob, Natureactive... No hay forma de bajar el precio. Por la calle nos siguen "pesados" o "cansinos" ofreciéndonos ir a otras agencias (dónde se llevarán una copiosa comisión), pero después de nuestro viaje por la India estamos hechos a todo. También preguntamos en el TTB por los programas de turismo cultural pero han subido los precios respecto a las referencias que teníamos en la guía (50.000 por persona y día) y preferimos hacer alguna excursión por nuestra cuenta.

Cambiamos dinero cerca de la torre del reloj: 1 E - 1810 TZS. Comemos en la Pastisserie antes de volver a la agencia para presentarles nuestra propuesta. La estudiarán y mañana nos contestarán.


Pasamos el resto de la tarde paseando por el mercado de la ciudad, muy curioso y auténtico. Antes cruzamos la estacion de autobuses pensando que ya es el propio mercado porque está al aire libre, muy concurrida y hay muchas casetas con vistosos letreros. De fondo el monte Meru, ya sin nubes.


En el mercado nos salen varios guías espontáneos pero los vamos esquivando. Casi no hago fotos porque ya somos lo bastante extraños, nos miran mucho y tendría que preguntarle a demasiada gente antes de hacerlas. Se supone que si vas con "guía" si puedes tomar fotografías sin que se molesten.

La gente lleva ropa de vistosos colores. Venden de todo: zapatos todos revueltos (¿cómo encontrarán la pareja?), calzado hecho con neumáticos que usan los masai, kanga (telas de colores), vegetales, fruta, pescado del lago Victoria, alguno congelado y otros muchos desecados, medicinas tradicionales, madera, harina de pescado como pienso, gallinas vivas, carne, especias, piedras de sal, etc.


Descansamos un poco sentándonos en un extremo del mercado pero nos advierten de que hay personas que están molestas con nuestra presencia y que debemos tener cuidado. Preferimos irnos y nos acercamos a un cibercafé dónde navegamos media hora (800 TZS).

Hoy es sábado y durante todo el día hemos visto numerosas bodas, con todos los invitados bailando y siguiendo a los novios.

Ya es de noche y regresamos al hotel hasta la hora de cenar. Sobre las 20:30 salimos en busca de otro restaurante cercano. El camarero, un chico joven muy agradable, nos invita a un zumo de aguacate y mango y nos lo bebemos confiando que nuestras tripas estén más fuertes que en otros viajes. Probamos el ugali, una pasta blanca hecha con maiz que comen como si fuera pan. La comemos usando el tenedor pero ellos lo hacen cogiendo un trozo con la mano, amasando una pequeña bola y después arrastrando con ella un poco de carne o vegetales.

Nos acostamos pronto, después de jugar un poco a las cartas. Hay mucho ruido, música, los vecinos de las habitaciones... y pronto por la mañana una misa cantada muy animada. Será mejor que nos vayamos acostumbrando porque va a ser así durante todo el viaje.

5 de Julio

Nos levantamos a las 9 de la mañana y desayunamos estrenando el Milo (cacao soluble) que me compré ayer en un supermercado. Nos parece raro encontrar leche sin problemas, acostumbrados a encontrarla sólo en polvo en la mayoría de los países asiáticos.

Queremos ir al mercado masai que se celebra los domingos en Ngaramtoni, 12 km al norte de Arusha. Buscamos la estación de dalla-dalla y nos sorprende que nos pidan sólo 300 TZS en vez de los 500 que nos dijeron ayer en el TTB. Extrañados incluso les preguntamos si luego había que cambiar de furgoneta. Será que nos marcó demasiado la experiencia del año pasado en Indonesia.

Media hora más tarde ya estábamos en el mercado. Al mediodía es cuando estará más animado porque van llegando los masais desde lejos. Venden maiz, carbón, ropa, zapatos, pendientes... de todo. También aquí tengo la cámara guardada.

Van viniendo los altos masais, con sus zapatos reciclados, sus collares, pulseras, tobilleras y llamativos pendientes. Se hacen enormes agujeros en las orejas y en algunas ocasiones se las recogen hacia arriba enganchando el agujero en la parte superior. Van vestidos con telas de cuadros rojos y azules y siempre con un palo, a veces corto y otras largo.


Nos encontramos con el camarero de la cena de ayer y nos acompaña el resto de la jornada. Su familia vive allí y nos presenta a su padre que conduce un camión a Nairobi. Aunque no le entendemos demasiado su inglés, es muy agradable y nos encontramos muy cómodos con él, nos sentimos mejor "mirados" por los demás.

Vemos cómo le arreglan a medida una sandalias de neumático a un masai. Tienen de todas las medidas, incluso de bebé. Les gustan debido a su resistencia y larga duración. También observamos a un masai mayor probando cómo suenan varios cencerros y cómo se va asustado por el precio que le piden.


Nos cruzamos con una cabra y nuestro "guía" nos comenta que hay un mercado de animales un poco más lejos, donde van los masais a vender el ganado (cabras, vacas y burros) para conseguir dinero y poder comprar en este otro mercado. Le propongo que vayamos hasta allí y nos acompaña.

Andamos durante unos veinte minutos bajo el fuerte sol de al mediodía pero nos encanta. Van viniendo los pastores con sus pequeños rebaños dejando atrás las nubes de polvo que levantan a su paso. Como fondo el monte Meru, la segunda montaña más alta de Tanzania. Una vivencia inolvidable que no compartimos con ningún otro mzungu.


Mientras nuestro ya amigo mira unas cabras, me acerco a tocar un burro chiquitín que acaba de mamar. Se acercan a ver si lo quiero comprar, lástima que no me quepa en el avión porque tampoco me piden demasiado. Todas las cabras del mismo dueño se juntan formando pequeños círculos y cuando alguien se interesa por alguna la sacan tirándole de una pata trasera para que la puedan tocar, verle la dentadura... Además venden sogas trenzadas, machetes con sus fundas y utensilios varios.

Volvemos caminando al primer mercado y antes de marcharnos nos tomamos algo con nuestro amigo y le damos una buena propina antes de coger el dalla-dalla de vuelta a Arusha para comer. Cuando ya estábamos sentados nos hacen cambiarnos de sitio porque... ¡Sorpresa! Dos elegantes hombres suben un ternero que acaban de comprar. Cada vez suben más personas y además aún meten una cabra en el hueco que queda bajo los asientos traseros. Creo que batimos el record: 21 personas, un ternero y una cabra.

Ya en Arusha se nota que es domingo, la gente lleva sus mejores galas, hay mucho ambientillo y música por la calle. Comemos en una terracita y hacemos una larga sobremesa en la que aprovecho para actualizar el diario del viaje mientras Marcos lee la guía. Pasamos por el hotel por si tenemos noticias de "nuestros negocios" pero no hay novedades. Aprovechamos para lavar algo de ropa ya que hay sitio para tenderla.

Salimos otra vez a dar una vuelta por el centro hasta la torre del reloj. Ya nos conocen los "cansinos" y nos reimos con ellos bromeando, sin que apenas nos insistan sobre los safaris. Después de navegar un poco en un hotel cercano volvemos a nuestro barrio para cenar y descansar. No hemos sabido nada del safari y hoy estaba todo cerrado, así que mañana tocará tomar la decisión.

6 de Julio

No madrugamos demasiado, en nuestra línea, y al salir vemos a Thomas y Costa, de Active Tanzania, todo trajeados y limpiándoles los zapatos. Nos preguntan que cuando nos vamos y les comentamos que mañana queremos salir de safari. Hoy están muy ocupados pero nos harán un hueco a las dos de la tarde. Por si no llegamos a un acuerdo, volvemos a mirar en más agencias pero nos piden incluso más dinero que el otro día porque no tienen ningún grupo al que nos podamos unir.

LLega la hora de la cita y parece que hay trato. Nos harán una rebaja interesante en el safari de 5 días, con dos noches en el Serengueti, a cambio de ayudarles con la traducción al español de su página web. A la hora de pagar la liamos un poco, para variar, y se nos hacen las mil hasta que conseguimos hacer la transferencia internacional. A dormir pronto que mañana tenemos que madrugar. ¡Por fin nos vamos de safari!