Desayunamos en otro local de comida rápida con una disposición muy particular. Los clientes nos sentamos en taburetes colocados alrededor de una gran barra rectangular y en el centro queda el pasillo justo para que pueda servir la camarera y tenga a mano los ingredientes necesarios: leche, azúcar, tazas, servilletas... De esta forma estas sentado prácticamente en frente de otra persona a la que no conoces de nada e igualmente ocurre a ambos lados.
Sin duda una forma original de empezar el día y también lo acabaríamos cenando en un lugar parecido, después de un día tranquilo por Arica, visitando el Museo San Miguel de Azapa y subiendo hasta El Morro.