domingo, 26 de septiembre de 2010

Ruta por Camboya

Camboya empezó siendo un posible destino más en el itinerario de este verano y fue imponiéndose como el país en el que pasaríamos más días, veintitantos. Lo había visitado tan sólo tres años antes y me cautivó, además de los templos de Angkor tenía mucho que ofrecer, todo acompañado de la sonrisa de su gente que nos dan una lección de cómo reponerse a un horrendo pasado no demasiado lejano.


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domingo, 19 de septiembre de 2010

De vuelta en casa

Una vez más se acabaron las vacaciones de verano... Durante dos meses hemos vuelto a olvidarnos del reloj en cinco países diferentes: Hong Kong, Filipinas, Malasia (Borneo), Camboya y Macao. La pregunta que más se repite en los reencuentros es qué ha sido lo peor, pues sin duda, la VUELTA.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Como niños en Hong Kong

Cuando empecé a leer sobre Hong Kong descubrí que había un Disneyworld similar al de París u Orlando y dejé abierta la posibilidad de visitarlo, Mickey hablando chino y rodeado de orientales se antojaba divertido. Casi terminando el viaje decidí hacerme un autorregalo por mi cercano cumpleaños y hacia allí que fuimos.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Interesante Macao

La única contrariedad de haber viajado por numerosos países es que cada vez es más difícil encontrar algo diferente que te impresione tanto como las primeras veces. Macao nos aportó esa peculiaridad, motivo por lo que lo recordaremos durante mucho tiempo.

Esta región administrativa del sur de China es un lugar único por su mezcla de cultura oriental con influencia portuguesa. A esto se añade un matiz similar a "Las Vegas" con impresionantes casinos y la dificultad del idioma, ya que son pocas las personas que hablan inglés y el portugués sólo parece que sea idioma oficial para dejarse ver en los nombres de las calles y comercios.


viernes, 3 de septiembre de 2010

Repitiendo en Kuala Lumpur

Resulta extrañamente agradable volver por un día a una ciudad lejana en la que ya has estado con anterioridad: los nervios y la incertidumbre de no saber dónde alojarte o cómo salir del aeropuerto no están presentes como tampoco existe la presión de querer ver un montón de cosas en tan sólo unas pocas horas. Aún con todo las cosas cambian, sigues aprendiendo y encuentras nuevos puntos de vista.