A partir de esa lista intentamos aplicar el sentido común para establecer un recorrido práctico que no nos obligara a hacer kilómetros de más, económico dentro de lo que cabe y lógico en cuanto a las mejores fechas para visitar cada país. Imposible.
Empezamos a barajar la opción de comprar billetes RTW con alguna de las alianzas de compañías aéreas disponibles en el mercado. Pero no resulta fácil encontrar suficiente información ni planificar los trayectos con tanta anticipación. Finalmente descartamos esta posibilidad debido también a la falta de flexibilidad que ofrece y al precio, que en nuestra opinión no compensa para 6 meses. Dimos mayor prioridad a la libertad de poder decidir qué hacer en un determinado momento, que a la tranquilidad que supondría llevar, por lo menos, los billetes de avión reservados.
Después de darle muchas vueltas al asunto y a los buscadores de vuelos, algunos lugares se cayeron de la lista y otros ocuparon su sitio: "quita Japón y añade Myanmar", "te cambio Mongolia por Malasia",... Unas veces se debía a que la visita nos obligaba a desviarnos demasiado para el "poco" tiempo de que disponíamos. En otros casos, no encontrábamos vuelos baratos para llegar a nuestro destino.
Al final, y hasta el próximo cambio de opinión, parece que el viaje empezará en Egipto, gracias a un vuelo de Iberia conseguido a través de Travel Club por 98€ I/V. Lástima que no podamos aprovechar el billete de vuelta.
Una vez lleguemos al Mar Rojo, pasaríamos en ferry a Jordania y aprovecharíamos también para visitar Siria. Desde Damasco hemos encontrado por 260€ un vuelo a Bangkok, donde nos encontraremos con unos amigos.
En Tailandia la idea es recorrer el norte del país y cruzar luego a Laos.
A partir de aquí los planes se empiezan a difuminar: Myanmar, si su situación política y social lo permite; Nepal, si todavía estamos por allí en octubre y encontramos un vuelo barato,...
Lo que si parece seguro es que seguiremos bajando por Malasia e Indonesia para llegar, con una escala opcional en Australia, a Nueva Zelanda. Este último destino lleva mucho tiempo en nuestra agenda y la posibilidad de visitarlo en noviembre o diciembre no parece que se pueda repetir fácilmente.
Desde nuestras antípodas no sabemos cómo será el viaje de regreso. Nos habría gustado volar a Isla de Pascua y Chile, pero los precios son prohibitivos de momento. Hay billetes más económicos a Hawaii, para continuar por San Francisco y Nueva York, pero parece más probable que volvamos por el sudeste asiático.
Confiamos en ir descubriendo nuestro camino poco a poco y, sobre todo, en disfrutarlo día a día, sin pensar en la vuelta (si podemos).